"La gente lo devolvía": el error que dio lugar a uno de los mejores quesos de España
Los pastores de Casar de Cáceres buscaban un queso sólido, pero las condiciones climatológicas dieron lugar a la famosa Torta con denominación de origen
La primera vez que los pastores de Casar de Cáceres se encontraron con un queso cremoso en sus almacenes se llevaron un chasco. Su intención era un queso para meter en aceite o para curarlo, pero las condiciones climatológicas, la calidad de la leche y el cardo tenían otros planes para ellos. Por error, consiguieron lo que hoy conocemos como la Torta del Casar, un producto con denominación de origen que se hizo popular por el boca-oreja.
Mario Blasco, director de Quesos del Casar S.L., asegura que este queso ha contado con "el mejor marketing del mundo". Como se consiguió por error, nadie lo vendía. Los pastores se dedicaban a regalarlos entre amigos y familiares. "Tú esperabas a que alguien que conocías te diese uno. Y cuando algo es regalado, no tiene precio", bromea Blasco. Según cuenta el productor, en los inicios solo una docena de familias los hacían, así que el producto era muy exclusivo. Tanto, que estuvo a punto de desaparecer.
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Su quesería fue la primera en producir y comercializar la Torta del Casar a gran escala. Y lo hizo al más puro estilo de Silicon Valley: desde un garaje. "Nosotros empezamos a hacerla en 1982 y los primeros pasos se dieron a nivel local, pero lógicamente era un producto que había que sacar a nivel nacional", explica Blasco. Lo hicieron poco a poco. Primero, vendiéndolo por unidades a determinados restaurantes de Madrid, algo que les dio un aspecto exclusivo. "Era el producto más deseado, porque no se podía conseguir en ninguna tienda", recuerda el dueño de la quesería.
Ahora venden en Japón, en Estados Unidos o en Australia, pero al entrar en esos mercados se toparon con una dificultad imprevista: los consumidores no sabían cómo comer ese queso cremoso al que hay que retirar la tapa. "Hay gente que llegó a devolverla, pensando que estaba sin hacer", cuenta Blasco.
La liturgia de la Torta del Casar
Para comerla en condiciones, Blasco asegura que hay que seguir una liturgia: convocar a los amigos, sentarlos alrededor de una mesa, y sacar el queso. "Se consume siempre en grupo y se comparte, y eso le da prestigio", presume el quesero. La Torta del Casar está, además, hecha a prueba de avariciosos. Porque nadie es capaz de retirarla pronto de la mesa y arriesgarse a vivir con el olor a oveja dentro del frigorífico.
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