Vox ya tiene al PP donde quería

Vox ya tiene al Partido Popular donde quería, esta es su misión en la política. No se trata de trabajar para mejorar la vida de la gente, no se trata de trabajar en propuestas concretas, no se trata de debatir con el resto de fuerzas dentro del mismo terreno de juego en el que se mueve la política hasta la aparición de la ultraderecha, se trata de desestabilizar, de poner el foco en debates ideológicos, superados en la mayoría de las ocasiones, que perfilan el país que ellos imaginan, el país dónde solo caben ellos.

Y el PP ha caído en su propia trampa, en primer lugar, porque al contrario de lo que pasa en la mayor parte de Europa, ha pactado un Gobierno con ellos, gobiernan en coalición en Castilla y León y el PP no descarta nuevas alianzas tras las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo, y después porque ha sido incapaz de frenar en seco la polémica del aborto en Castilla y León. Y esto genera muchas dudas, ¿acordó el gobierno castellano y leonés las medidas que luego explicó el vicepresidente, de Vox? Si no las pactó, ¿por qué no salió inmediatamente el presidente, del PP, a desmentirlo? ¿Qué temía Mañueco que tardó tanto en desautorizar a su vicepresidente? Porque mientras se mantuvo en silencio, la polémica creció y creció y esto es lo que busca la ultraderecha.

Porque no nos engañemos, el intento del PP de girar el foco hacia el Gobierno de Pedro Sánchez por sus requerimientos al gobierno castellano y leonés, acusándole de querer sacar rédito político de toda la polémica, acusándole de ir en connivencia con Vox, no es más que un intento desesperado de alejar la atención del desastre de la gestión que de esta polémica ha hecho el popular Fernández Mañueco. Claro que el Gobierno central se ha aprovechado de la situación, quien no lo haría, pero si hay un responsable de haber llegado hasta este punto es el Partido Popular. Por su tardanza en reaccionar, por el silencio del líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, pero sobre todo por haber pactado y estar dispuesto a pactar con la ultraderecha de la que se ha convertido en rehén, quizás consciente de que la única posibilidad que tiene Feijóo de llegar en la Moncloa, sea de la mano de Vox, y el ensayo general de Castilla y León no les está dejando demasiado bien.