¿Mi empresa debe pagarme las gafas? Lo que tiene que pasar para que eso ocurra
Una sentencia europea ha obligado a una empresa a pagarle a un trabajador unas gafas de unos 350 euros
Madrid
Un trabajador acudió a los tribunales de su país, Rumanía, porque su empresa se negaba a pagarle unas gafas porque trabajaba diariamente delante de una pantalla y consideraba que eso había perjudicado su vista. Como allí la sentencia no le fue favorable, acudió al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y este le dio la buena noticia: su empresa debía pagarle los 350 euros que le habían costado esas gafas porque entendía que el trabajo frente a una pantalla junto con otros factores de riesgo como "la luz visible discontinua" o "la falta de luz natural" hicieron que tuviera que cambiar de gafas graduadas para corregir esa disminución de su agudeza visual.
A raíz de esta sentencia novedosa, muchos se han preguntado si a partir de ahora las empresas están obligadas a cubrir ese gasto cada vez que renovamos las gafas o las lentillas o para quien comenzó un trabajo sin necesitarlas y con el tiempo, se tuvo que poner. El abogado laboralista Juan Chozas deja claro dependerá de cada caso: "Tiene que haber un informe médico que determine que son necesarios dispositivos correctores especiales para desempeñar ese puesto de trabajo y que no basta con los generales usados hasta el momento". Los reconocimientos médicos de las empresas pueden ser una buena ocasión para aclarar ese punto.
Así, esa sentencia del TJUE especificaba que "los dispositivos correctores especiales previstos en esta disposición comprenden las gafas graduadas que sirven específicamente para corregir y prevenir trastornos de la vista relacionados con un trabajo realizado con un equipo que incluye una pantalla de visualización".
Este abogado consultado recomienda a los trabajadores que, si creen que tienen derecho a que la empresa les paguen las gafas, lo soliciten: "Si se lo deniegan, que denuncien a la Inspección de Trabajo o demanden a la empresa".
Convenios que sí lo recogen
Hay empresas que, por convenio o por acuerdo con el trabajador, financian todo o parte de determinados objetos o servicios, desde viajes de vacaciones a ayudas para leasing, pasando por operaciones de miopía o gafas graduadas. "En la Administración del Estado, por ejemplo, se incluyen las ayudas para gafas como parte de las prestaciones sanitarias", explica el abogado Juan Chozas, pero recuerda que "una cosa es financiar por acuerdo y otra por obligación legal", como ocurre en el caso del trabajador rumano.
Consejos para no dañar la vista
Un estudio del Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de Cataluña advertía de que el 70% de los empleados sufre fatiga visual como consecuencia del uso prolongado de pantallas en el trabajo. Diversos informes de especialistas como el del Instituto Nacional de Salud y Seguridad Laboral en Estados Unidos estiman que cerca del 90% de las personas que usan ordenadores durante tres o más horas al día pueden desarrollar el Síndrome Visual Informático (SVI). Sequedad ocular, visión doble, picor de ojos o dolores de cabeza son algunos de los signos de este padecimiento que suele estar provocado por las malas condiciones de determinadas pantallas. En el caso concreto de la sentencia europea se tuvo en cuenta que el trabajador utilizaba pantallas con luz visible discontinúa y la escasez de luz natural de la oficina donde pasaba buena parte del día.
El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO) comparte una serie de recomendaciones para evitar que los ojos sufran lo menos posible ante una sobre exposición a pantallas:
- Realizar descansos de cinco o diez minutos cada hora.
- Parpadear con regularidad para evitar la sequedad ocular.
- Hacer ejercicios visuales como cerrar los ojos unos 20 segundos de vez en cuando o desviar la mirada de izquierda a derecha sin mover la cabeza unas 20 veces.
- Evitar los reflejos ajustando los colores del monitor para que sean siempre claros y mates. Además, se recomienda configurar los caracteres y el tamaño de la fuente para facilitar la legibilidad. Además, hay que procurar que la pantalla esté siempre limpia y trabajar con texto negro sobre fondo blanco.
- La imagen ha de ser estable y sin destellos. También se recomienda colocar el monitor perpendicular a la ventana para evitar deslumbramientos y reflejos.
- Situar la pantalla a una distancia de entre 50 y 60 cm y la parte superior de la misma a una altura similar a la de los ojos o ligeramente más baja.
Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...