Cómo actuar ante el acoso machista en una discoteca: así son los protocolos de prevención ante una agresión sexual
Algunas ciudades cuentan con sus propios planes para actuar frente a las violencias sexistas y desde el sector del ocio nocturno exigen que se unifiquen los criterios
Una mujer baila en un club de Barcelona, en 2021. / PAU BARRENA
Madrid
Un comentario machista, un tocamiento no consentido o una agresión sexual. Estas son algunas de las situaciones a las que pueden enfrentarse las mujeres en su día a día, pero la posibilidad de que algo así suceda se multiplica en espacios de ocio o en entornos festivos, donde hay mucha más interacción social. Los protocolos de concienciación están muy extendidos, aunque eso no es suficiente. La prevención, identificación e intervención dentro de los propios establecimientos, por ejemplo, en discotecas, pubs o recintos de festivales, se vuelve clave para erradicar esta problemática o, en el caso en el que ya haya sucedido, saber cómo reaccionar ante ella. Esta realidad se ha puesto recientemente de manifiesto en la supuesta violación cometida por el futbolista Dani Alvés a una chica en un local de Barcelona. La rápida y coordinada actuación del personal, que siguió las pautas establecidas por el Ayuntamiento de la ciudad condal, fueron decisivas.
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Barcelona es una de las ciudades españolas más pioneras en la implantación de este tipo de protocolos, centrados en exclusiva en los espacios de ocio nocturno o festivos, donde generalmente se potencia el riesgo de agresiones de este tipo. La administración de Ada Colau abrió el camino, pero no es la única capital española que ha tomado medidas similares. Zaragoza o Pamplona también cuentan con un sistema similar, Madrid también trabaja en su propio protocolo y otros puntos del país activan reglamentos concretos en épocas concretas del año, como son las fiestas patronales. Sin embargo, estos protocolos de actuación, si bien son útiles, son propios de cada territorio y no siguen unas pautas fijadas a nivel nacional. Ante esto, el sector del ocio nocturno pide unificar los criterios en sintonía con el Ministerio de Igualdad y lanzar su sistema. Para tenerlo listo, como fecha límite ponen esta primavera.
Barcelona, ciudad pionera
El protocolo No callamos se inició en 2018 en Barcelona con el objetivo de "abordar las violencias machistas, específicamente las violencias sexuales y las LGTBIfóbicas en espacios de ocio nocturno". Los establecimientos incluidos, que van desde salas de concierto, a bares, pubs o festivales, se comprometen a disponer de personal en sala que tenga formación específica y esté sensibilizado para saber qué es un caso de acoso o agresión sexual y cómo debe comportarse ante ellos. La discoteca Sutton está adherida a este plan municipal y fue el que puso en marcha la madrugada del pasado 30 de diciembre en el caso de presunta violación cometida por Dani Alvés. Fue un vigilante de seguridad el que identificó a la víctima llorando, se acercó a ella para ver qué le pasaba y luego la llevó a un espacio seguro dentro del local para tranquilizarla en compañía de sus amigas, llamaron al jefe de la sala y posteriormente dieron aviso a los Mossos.
Las claves del protocolo son cuatro: formación, acompañamiento, seguimiento y coordinación y prevención. Lo primero es formar al personal de estos espacios, con talleres promovidos por el Ayuntamiento condal, en el que se explican acciones de prevención e identificación de violencias machistas. Es muy valioso si dentro de la sala, trabajadores como el DJ o camareros, están atentos ante estas situaciones para actuar lo más rápido posible. Estar junto a la víctima, ofreciéndole orientación y apoyo, es esencial. Además, el Consistorio se compromete a hacer seguimiento de los posibles casos y también pide a los establecimientos, como medida preventiva, que se limite el acceso a personas con actitudes irrespetuosas, que se eviten criterios sexistas —como diferencias en los precios según el sexo o códigos de vestimenta— o se detecten espacios vulnerables, como zonas oscuras o escondidas.
Las medidas en Zaragoza y Pamplona
Los Ayuntamientos de Zaragoza y Pamplona también han desarrollado sus propios protocolos permanentes y específicos para los locales de ocio y que comparten muchas similitudes con el de Barcelona. En el de Zaragoza, se incluye, como método preventivo, evitar criterios sexistas para el acceso a los establecimientos o en la publicidad de los mismos. Los locales también tendrán que pegar un distintivo que colocarán en el exterior para identificar ese espacio como comprometido contra las agresiones machistas. El personal también tendrá que recibir formación, impartida desde el Área de Igualdad, para actuar de manera adecuada.
En el desarrollo de las medidas, diferencian entre víctima y agresor. Para la persona que sufre el ataque, lo primero que se explica es las pautas para identificar que se está ante una agresión —"ser consciente de los piropos, comentarios, chistes, burlas y bromas, hacer fotografías, acercamiento físico excesivo, contacto físico deliberado y no aceptado, tocamientos"—. Se recomienda acercarse a la persona que lo está padeciendo para ofrecerle ayuda, si no quiere, hay que respetar su espacio pero sin dejarla sola. Se le debe dar también la opción de llamar a la policía. En el caso del agresor, se le debería recriminar la conducta y si persiste, se le debe echar del local y en casos graves llamar a las autoridades.
Pamplona diferencia entre agresiones sexistas y agresiones sexuales. Las primeras las define como "todos los comportamientos de carácter intimidante que atentan contra la integridad personal y la libertad de una mujer: insultos, amenazas, tocamientos, acciones intimidatorias, etc". Las segundas incluyen "atentados físicos de naturaleza sexualgenital, independientemente de que estos hechos incluyan o no invasión física (penetración)". En los dos casos se comparten los mismos pasos: observar y hacerse ver; actuar (si eres empleado acercándote a la persona agredida y en el caso de una agresión de carácter sexual, ofreciéndole ir a un lugar tranquilo); acompañar (dándole la informacion disponible y tranquilizándola); rechazar (identificando al agresor o echándole del local); y seguimiento y valoración (completar la ficha de reporte de la agresión).
Protocolos de actuación del Ayuntamiento de Pamplona. / Ayuntamiento de Pamplona
Lo que hacen otras ciudades
Estos planes, centrados en el ocio nocturno y en ambientes festivos, no están homogeneizados a nivel nacional y cada ciudad toma sus propios criterios. En Madrid todavía no existe en vigor ningún protocolo similar al de Barcelona, Pamplona o Zaragoza. Fuentes del Ayuntamiento afirman que actualmente hay ya uno redactado y que será cuestión de semanas que se ponga en funcionamiento, esperan que se presente oficialmente a principios de marzo. En la capital, se han implantado planes preventidos a nivel general como el de Madrid libre de violencias machistas y también, en este caso a nivel regional, recientemente la Comunidad ha unificado la atención a las víctimas, por ejemplo, facilitándoles el acceso sanitario en cualquier hospital —antes solo se atencía en La Paz— en caso de haber sufrido una agresión y dándole la posibilidad de que incluso presenten una denuncia desde el centro médico, sin necesidad de acudir a la comisaría.
Otras grandes ciudades, como Valencia, Santa Cruz de Tenerife, Málaga, Bilbao o Vitoria han activado en algunos momentos puntuales del año, como son las fiestas locales o festivales musicales, protocolos específicos de actuación. Valencia, por ejemplo, estableció una red con 56 puntos violenta durante las últimas Fallas. Málaga lanzó una campaña para la feria de agosto, con el principal foco puesto también en la implantación de puntos violeta. En Bilbao, lo hicieron para el festival de música BBK, que congregra a cientos de personas; en Vitoria para las fiestas de la Blanca; y en Santa Cruz de Tenerife, durante el Carnaval.
Todavía está también en fase de implantación los puntos violeta. Esta es la cartelería específica, que incluye un código QR con medidas de actuación ante una agresión sexual, que presentó hace meses el Ministerio de Igualdad. El objetivo principal de este plan es crear una red con sitios concretos en la que las mujeres puedan acudir en caso de haber sufrido una agresión o si alguien es testigo de una. El Ministerio firmó el pasado julio un convenio con la principal patronal del ocio nocturno, España de Noche, para que estas guías e información básica se coloque en las discotecas. Sin embargo, desde la patronal admiten que este sistema no está aún unificado y que no todos los establecimientos cuentan con ello.
El ocio nocturno pide un plan único
El portavoz de España de Noche —principal patronal del sector—, Vicente Pizcueta, afirma que son muchas las ciudades o municipios que han desarrollado planes de "concienciación para la opinión pública, en general, y para el personal de los locales de ocio, en particular", pero que son muy pocas las que han redactado un protocolo de actuación y formación como el de Barcelona o Pamplona. Algo que supone "un desequilibro" y al que quieren poner fin cuanto antes con un plan unificado en todo el territorio nacional y coordinado con el Ministerio de Igualdad. "Queremos sentirnos parte de los protocolos para que sean operativos", afirma Pizcueta.
En este sentido, desde España de Noche han desarrollado su propia "vía de autorregulación", que tendrá que ser consencuada y "validada por los técnicos del Ministerio porque cada territorio es diferente". Para el sector, "la lucha contra la violencia de género en los espacios de ocio es una prioridad". Aunque aún están en una "fase preliminar" han desgranado su plan en tres puntos en concreto. Primero el de la prevención "mediante mensajes disuasorios, cartelería informativa, mensajes en las pantallas de plasma y las RRSS de los locales, etc.". Segundo con "la capacidad de detección de los problemas de acoso, abuso o agresión que puedan producirse mediante la adecuada coordinación entre el personal de la sala" y a su vez la eficacia en la cadena de mando para que se comunique correctamente con las autoridades. En tercer lugar, mejorar "la capacidad de atención por parte del personal femenino especializado a cualquier mujer, mediante el sistema de escucha activa y empática" para información y acompañar.
Pizcueta recuerda que sería importante establecer un mismo color para identificar a todos los puntos violeta existentes, porque actualmente, según explica, no presenta "una iconografia que todo el mundo reconozca", ni todos ellos tienen el mismo tono de morado. También es clave que se pueda garantizar la custodia de las grabaciones de las cámaras de vigilancia de los locales para, como ha ocurrido en el caso de Dani Alvés, se puedan poner a disposición de las autoridades que investiguen el suceso. La formación del personal es el otro punto a tratar. Educar en "perspectiva de género" y tener la potestad para poder echar a cualquier persona que no se esté comportando como debe en el recinto. Esto debería, insiste Pizcueta, estar implantando por igual en todo el territorio.
Además de los sistemas vigentes en España, hay otros protocolos utilizados en el extranjero que se están incorporando en los locales de ocio para dar más seguridad. Una de estas medidas es la conocida como "pregunta por Ángela", que originalmente surgió en 2016 en Londres —Ask for Ángela—y que consiste en utilizar esa frase con cualquier empleado de la discoteca para, sin levantar sospechas y como si de un mensaje en clave se tratara, avisar al personal de que algo no va bien.
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Minerva Marcos López
Periodista en la sección digital de la SER. Antes en Radio Madrid, el programa 'Hoy por Hoy' y en la...
