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El secreto de los huevos estrellados de Casa Lucio: "La leyenda de que escuchan música clásica es cierta"

Esta taberna madrileña popularizó los huevos con patatas y conserva la cocina tradicional con la que empezó en 1974

El secreto de los huevos estrellados de Casa Lucio: "La leyenda de que escuchan música clásica es cierta"

María Blázquez se ríe cuando le preguntan cuántas veces ha escuchado eso de que los huevos de su padre son los mejores. "Si te digo la verdad, muchas", contesta entre carcajadas. Ella es ya la segunda generación de Casa Lucio, aunque el padre, a sus casi noventa años, se niega a ceder el testigo. Lucio Blázquez empezó a trabajar a los 12 años en ese local que hoy es suyo, en la Cava Baja de Madrid, y todavía no está retirado. Sus huevos estrellados han atraído a personas de todo el mundo, anónimas y muy famosas, y detrás de ese éxito hay un secreto: huevos traídos desde Ávila de gallinas que escuchan música clásica.

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En Casa Lucio el menú no ha variado demasiado desde 1974: cocido, callos, lentejas, rabo de toro... "Ha habido muchas tendencias de cocina, pero mi padre siempre ha seguido con sus platos", explica Blázquez. Lo novedoso, en realidad, fue empezar a servir este tipo de comidas cuando nadie lo hacía. En esa época, los huevos con patatas se comían en casa, no en un restaurante. Pero Lucio consiguió que figuras de la talla de Sean Connery o Bill Clinton quisieran probarlos.

"Mi padre fue el primer influencer, donde iba él, iba todo el mundo", dice Blázquez para explicar el don de gentes de Lucio. Una de las señas de identididad del restaurante siempre ha sido ver a su dueño saludando a los clientes. "Nosotros somos más cortados con esto, no queremos interrumpir, pero él toda la vida nos ha dicho que es importante preguntar a los comensales, ver sus caras y asegurarse de que están bien", cuenta la hija.

En Casa Lucio el futuro está asegurado, porque sus tres hijos están dispuestos a seguir con el negocio familiar. "Una cosa que la conocen en todo el mundo, no se puede dejar de la mano de Dios", asegura Blázquez.