Las lágrimas desconsoladas de Novak Djokovic tras igualar a Nadal con 22 Grand Slam: "Es la victoria más importante de mi vida"
El tenista serbio se reconcilia con Australia tras no poder partipar la pasada edición y lo hace ganando el torneo en tres sets frente a Tsitsipas
Novak Djokovic ha ganado su décimo Open de Australia y Grand Slam número 22, igualando así a Rafa Nadal. Ambos se han convertido en los dos tenistas masculinos con mayor palmarés. El serbio tenía que ganar a Stéfanos Tsitsipas para alcanzar esta nueva gesta y lo hizo en tres sets (3-6, 6-7 y 6-7). Además, el lunes vuelve a ser el número uno de la ATP desterrando a Carlos Alcaraz al segudo lugar.
Djokovic fue muy constante durante todo el encuentro frente a Tsitsipas, consiguió una victoria relativamente sencilla ante el griego, quien se desesperaba viendo que se acercaba la derrota. Además, Djokovic le ha ganado las dos únicas finales de un Grand Slam a las que ha llegado Tsitsipas: esta en el Open de Australia 2023 y el Roland Garros de 2021.
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Djokovic, como nunca antes
El serbio ha subido a celebrarlo con su familia y equipo y ha terminado tendido en el suelo, roto, llorando desconsoladamente, tapándose la cara. Sus seres queridos le apoyaban mientras Djokovic se desahogaba, aunque quien ha faltado durante el partido era su padre Srdjan, que no quería ser un foco de presión extra, especialmente después de la última polémica tras salir posando con unos aficionados rusos y su bandera.
Djokovic se reconcilia con Australia después de que el año pasado no pudiera competir por sus ideas respecto a la COVID-19 y las vacunas. El serbio no quiso vacunarse y tuvo que perderse el Open de Australia, un torneo que finalmente ganó Nadal. "Dadas las circunstancias es la victoria más importante de mi vida. No ha sido fácil jugar este torneo para mí después de lo que pasó el año pasado. Ha sido como un reto superado. Quiero dar las gracias a la gente australiana y de Melbourne por la bienvenida", ha comenzado explicando tras recibir el trofeo.
"Sólo los míos saben lo que he pasado estas últimas cinco semanas. Gracias por tolerar a veces la peor parte de mí. No sé si me perdonaréis. Este trofeo es mío y de mi equipo", ha añadido mientras su entrenador y familia se reía ante las palabras de Novak.