Una prueba de fuego en puertas de un ciclo electoral
Un Gobierno de coalición no supone renunciar a las ideas propias, ni mucho menos, pero sí exige un plus de lealtad, de solvencia y de responsabilidad
Madrid
Esta semana que está viviendo el Gobierno en coalición de España se va a estudiar en los máster de comunicación política. Nadie, sin mala fe, puede dudar del compromiso de este Gobierno con los derechos y con las libertades de las mujeres, pero ellos mismos dan alas a los bulos.
Lo hace Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, cuando dice que hay dos fuerzas políticas en este Gobierno: una fuerza política que defiende los avances feministas y otra fuerza que no. Lo hace la ministra de Justicia aquí, en Hoy por Hoy, cuando pregunta ¿desde cuándo vale más la propiedad en nuestro país que la libertad sexual de una persona? o que "demostrar la violencia y la intimidación es muy sencillo, porque basta con una herida". En Onda Cero, Félix Bolaños cree que la ley es imperfecta. Aquí, en la SER, Irene Montero, que la ley está bien hecha. Cuando hablábamos de luz y taquígrafos no nos referíamos a esto. ¿Qué debe estar pensando una víctima que no se esperaba una rebaja de condena para su agresor?
PSOE y Unidas Podemos son dos formaciones distintas, con biografías políticas diferentes, con sensibilidades diferentes. La mejor prueba es que los que se han ido yendo de Podemos no han acabado en el PSOE, justo lo contrario de lo que está pasando con Ciudadanos y el PP. Por tanto, es evidente que PSOE y Unidas Podemos no son lo mismo. Pero ambos partidos tienen algo en común: se juegan mucho con la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. Es una prueba de fuego en puertas, además, de un ciclo electoral. También para la mayoría parlamentaria que sostiene este Gobierno.
¿Quieren seguir gobernando en coalición? Pues tienen que demostrarlo
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No pueden permitirse trasladar la idea de que comparten Consejo de Ministros pero que desconfían de las capacidades o de las intenciones del otro, porque con la tozuda realidad electoral española se necesitan hoy, pero se necesitarán también en el futuro.
Un Gobierno de coalición no supone renunciar a las ideas propias, ni mucho menos, pero sí exige un plus de lealtad, de solvencia y de responsabilidad. ¿Quieren seguir gobernando en coalición? Pues tienen que demostrarlo.