El auge de los conciertos virtuales: "Son experiencias diferentes, pero todavía no son sustitutivas"

Ariana Grande es una de las artistas internacionales que llenan estadios, pero uno de sus conciertos más seguidos fue uno en el que sus seguidores no la vieron a ella, sino a un avatar. No podemos tampoco saber si los fans saltaron y corearon sus canciones, porque cada uno lo vio desde su propia casa, conectado al videojuego Fornite. Cada vez más artistas optan por ofrecer conciertos virtuales, aunque el modelo, por ahora, no parece que vaya a sustituir a lo que hemos vivido siempre. "Son experiencias diferentes, que pueden convivir, pero no creo que sean sustitutivas", asegura en Código de Barras Carol Rodríguez, de la Asociación de Promotores Musicales.

Según las estadísticas que ofrece el Ministerio de Cultura, en 2022 uno de cada diez españoles asistió a un concierto. Una cifra todavía por debajo de los años previos a la pandemia. Para Rodríguez, los conciertos virtuales pueden sumar espectadores que, de otra forma, no verían a esos grupos en persona. Bien porque no hayan conseguido entradas o porque no puedan pagar el precio.

En esta incorporación de la tecnología a la música, las bandas tienen dos opciones: emitir sus conciertos vía streaming u organizar directamente una experiencia inmersiva que pueda seguirse con gafas de realidad virtual. De acuerdo con Rodríguez, la primera es la que está más desarrollada y podrá ayudar a las bandas emergentes a abrirse un espacio en mercados internacionales. La segunda, todavía está reservada para grandes bandas y festivales que invierten en innovación.

Rodríguez reconoce que todavía no ha probado a seguir un concierto inmersivo desde su casa, aunque confiesa que le gustaría experimentarlo: "Aunque mucha gente necesitaremos un entrenamiento previo sobre cómo interactuar y movernos en nuestro salón al ritmo de la música", bromea.