El presidente de EEUU, Joe Biden, ha aterrizado este lunes por sorpresa en la capital ucraniana y se ha reunido con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski. En el encuentro, ha anunciado 500 millones de dólares en ayuda adicional al país y ha adelantado que esta semana anunciará más sanciones contra Rusia. Este cara a cara se produce después de que Zelenski se reuniera con Biden el pasado 21 de diciembre durante una histórica visita a Washington, en el primer viaje del presidente ucraniano al exterior desde que se inició la guerra. Medios ucranianos han mostrado imágenes de ambos líderes caminando cerca de la Catedral de San Miguel, en el centro de Kiev, en un paseo realizado hoy y dirigiéndose hacia un muro conmemorativo en honor a los soldados ucranianos caídos en la guerra contra Rusia. Biden visita Kiev cuando se conmemora el aniversario de la culminación de la Revolución EuroMaidan, una serie de protestas antigubernamentales entre 2013 y 2014 que derrocaron al presidente prorruso Viktor Yanukovych. Más de cien manifestantes fueron asesinados durante esas protestas, muchos de ellos en un solo día, el 20 de febrero de 2014, y son conocidos en Ucrania como los Cien Celestiales. La llegada de Biden tiene lugar después de que el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, cancelara la visita prevista hoy a Bruselas para reunirse con sus colegas de la Unión Europea donde se tratarán nuevas ayudas a Ucrania. El ministro de Defensa ucraniano, Oleksi Reznikov, ha asegurado este lunes que su ejército está listo para hacer frente a la inminente nueva ofensiva de Putin y contraatacar, como ya demostraron el año pasado al ser capaces de «detener al ejército ruso y derrotarlo». El proceso de acumulación de recursos militares por parte de ambos bandos ha provocado que tanto Ucrania como el Kremlin estén en condiciones de tomar la iniciativa de la ofensiva, ha señalado Reznikov. El dirigente ucraniano ha marcado como su objetivo fundamental liberar cada una de las localidades ucranianas que permanecen ocupadas ilegalmente por las fuerzas rusas y llevar a los responsables ante un tribunal internacional. Además, en relación a las últimas polémicas que ha protagonizado su ministerio con acusaciones de corrupción, Reznikov ha defendido que cada vez la «transparencia» es mayor y que esta «apertura» de las instituciones gubernamentales ucranianas ha posibilitado que sus socios occidentales tengan «más confianza» y «más armas» les suministran. Kiev se encuentra bajo un estricto dispositivo de seguridad. Esta visita, tal y como ya sugirió la semana pasada Zelenski, es una muestra clara del compromiso en esta guerra de Estados Unidos, que es hasta ahora el mayor soporte financiero y militar del que dispone Ucrania para enfrentarse a Rusia. Biden ha anunciado otros 500 millones de dólares de ayuda adicional, un nuevo paquete en el que están incluidas armas de largo alcance e incluso otro tipo de armamento que «no se ha suministrado antes». Al mismo tiempo, ha anunciado a partir de esta semana nuevas sanciones contra las élites y las empresas que ayudan a la maquinaria de guerra de Rusia. Biden ha celebrado el hecho de que el presidente ruso, Vladimir Putin, creyera al iniciar la invasión que Ucrania sería «débil» y que no contaría con el apoyo de un occidente dividido. «Pensó que nos podría sobrepasar a nosotros, pero estaba totalmente equivocado», ha recalcado. En esa línea, Biden ha insistido desde el principio de la invasión rusa que Ucrania podría confiar en que Estados Unidos sería su mayor socio en este conflicto durante todo el tiempo que hiciese falta«, incluso ante la falta de perspectivas a corto plazo de unas conversaciones de paz. »Un año después, Kiev se mantiene. Y Ucrania está de pie. La democracia se mantiene, ha subrayado. Hasta la fecha, Estados Unidos ha enviado apoyo militar y financiero a Ucrania por valor de más de 30.000 millones de dólares, al mismo tiempo que ha presionado a sus socios de la OTAN para que intensifiquen el envío de armamento, incluyendo los tan ansiados tanques Leopard 2. Save the Children en Ucrania ha alertado que es necesario mantener un enfoque humanitario y no de seguridad en el marco del conflicto ucraniano. «Pese a que damos la bienvenida a la visita de Biden, las conversaciones suelen ser sobre tanques y hay niños y familias necesitados», ha expresado la directora de la ONG, Sonia Khush de forma telemática, enfatizando que «detrás de las políticas (sobre seguridad) tenemos que recordar nuestra humanidad». En este mismo sentido se ha pronunciado la directora general de Save the Children Internacional, Inger Ashing, quien ha señalado además que la guerra de Ucrania ha sacado a la luz el «problema» que supone la discriminación de refugiados de otros países y la falta de atención a conflictos congelados, como el de Afganistán. «Hay también cosas positivas, como las expresiones de solidaridad», ha dicho Ashing, poniendo en valor el papel de la Unión Europea ante el drama migratorio en Ucrania, reiterando, pese a ello, que se puede aprender de los errores y también «prestar atención» a distintas emergencias «al mismo tiempo». Tanto Khush como Ashing han subrayado el trauma que ha supuesto para los menores ucranianos la guerra, que han tenido que pasar horas y horas refugiados en búnkeres en vez de en el colegio o con sus amigos y seres queridos. De hecho, la ONG ha precisado en un comunicado que los niños y niñas ucranianos han permanecido una media de 920 horas bajo tierra en el último año. «Estar atrapado bajo tierra es una experiencia terrible», ha señalado Ashing en rueda de prensa, enfatizando que ha hablado con niños que tienen pesadillas por las noches y que no pueden dormir por el miedo a las bombas. Por su parte, Khush ha precisado que las consecuencias de la guerra no son solo «los altos niveles de estrés» o el «miedo» de los menores, sino que «todo el mundo ha quedado afectado», con la pérdida de sus trabajos, el desplazamiento, la separación de familias, la destrucción de casas o la falta de recursos, entre otros. Así, ha indicado que aunque hay familias que están volviendo a Ucrania, todavía son muchas las dificultades que enfrentan al llegar a un país destrozado y que los bonos de ayuda, impulsados por países occidentales, para reconstruir sus hogares no son «sostenibles» en el tiempo. «No tenemos la sensación de que se vayan a abrir los colegios en su totalidad en los próximos meses», ha agregado, afirmando que la educación de los niños y niñas ucranianos debe ser «la prioridad» en este momento, debido a que muchos de ellos tienen preocupación por su futuro al terminar la guerra. Por ello, ONG internacionales como Save the Children han participado en programas para implementar centros de aprendizaje digital o terapias con perros para brindar a los menores «espacios seguros» donde puedan continuar con sus estudios.