El secreto entre amigas que acabó en caso de espionaje: la historia de la receta más vendida de Isabel Maestre

«Te voy a hacer un regalo, pero no se lo des a nadie». ¿Cuántas grandes historias han empezado con una pregunta así? La de la pastela de crema y almendras de Isabel Maestre es una de ellas, desde luego. Basta con probarla para entender que no se trata de un postre más. De hecho, según cuenta la pionera del catering en España, es su receta más vendida. La arquitectura del plato es bastante curiosa porque, básicamente, se trata de una tarta de obleas con varias capas de crema pastelera y almendras. Una prodigiosa mezcla de sabores y texturas que cautiva a todo aquel que la prueba. «Está buenísima, ¿verdad? Es una receta sefardí que me regaló una amiga, Anita Bensadón, que es judía... y la mejor repostera de España», explica Maestre en una entrevista concedida a Gastro 25. Su amiga solo le puso una condición: que no compartiera esa fórmula con nadie. «Tú tranquila», respondió ella. «Pero, ¿qué pasó? Pues que un cocinero que trabajaba con nosotras se fue a otro cáterin y se llevó la receta». Un caso deliberado de espionaje industrial que, según apunta Marta de Cárdenas, una de las hijas de Isabel Maestre, acabó con un despropósito aún mayor: «Dijo que se llamaba tarta árabe, no sefardí, y que se la había inventado él». Pese a todo, ninguna de la dos le da mayor importancia al asunto: «También es verdad que nosotras no nos hemos inventado el gazpacho o el filete empanado y lo ponemos. Lo que hay que hacer es citar el origen de las recetas. Si es de una amiga o de tu tía Mari Carmen, lo dices y ya está. Y, sobre todo, no digas que es árabe si en realidad es sefardí». La pastela forma parte de la carta del cáterin de Isabel Maestre, que organiza todo tipo de eventos: desde pequeños encuentros para grupos reducidos, hasta fiestas con miles de invitados. Quien quiera probarla sin necesidad de participar en un sarao multitudinario, de todas formas, también puede encontrarla —por 8 euros— en las cafeterías que Isabel Maestre tiene en el interior de los centros de El Corte Inglés de Goya y Serrano, en Madrid. «Es como un milhojas de pasta brick con crema, almendras fileteadas y garrapiñadas, y un poquito de azúcar glas», explica Isabel Maestre. Pero, ¿cómo puede estar tan rico algo así? «Porque todo lo que lleva es bueno», responden. «No es un plato difícil. Lo importante es la materia prima. Imprescindible que la crema pastelera sea muy buena y que la nata sea la mejor». Tal y como detalla en el libro de recetas «para muchos» El banquete (Debate, 2022), Isabel Maestre montó su empresa de catering hace 45 años. Cocinaba muy bien, se fue corriendo la voz, recibía cada vez más encargos... y lo que empezó con una madre repartiendo tartas mientras sus hijas esperaban en el coche, ha acabado convirtiéndose en una empresa especializada en bodas multitudinarias, rodajes de cine y eventos de alto standing. Su primer hit fue una mousse de pato, en realidad. «De soltera, en San Sebastián, trabajaba en el Banco Guipuzcoano, pero lo acabé dejando y tenía el gusanillo de montar mi propio negocio», explica. Casi medios siglo después, son capaces de organizar un banquete para 700 personas casi sin pestañear. Una vez, de hecho, asumieron los preparativos de una fiesta de la Embajada de EEUU para 10.000 personas. Según cuentan, la diferencia entre un restaurante y un cáterin es parecida a la de grabar un disco en el estudio y tocar en directo. Al tener que viajar con todo lo necesario para cocinar lejos de casa, suceden todo tipo de imprevistos: tormentas, incendios, averías... «En el primer trabajo que tuvo mi madre, se le paró el tren, se bajó y se puso a caminar por las vías», señala Marta de Cárdenas. «Es muy estresante pero muy divertido». Más allá de la pastela de almendras (cuya receta no aparece en el libro, por supuesto), también tienen mucho éxito platos como el solomillo Wellington o la merluza rebozada con pimientos y almejas. Clásicos de un repertorio que ha gustado en las fiestas de la Joy Eslava durante los años de la Movida y también a grandes figuras internacionales de la cultura y la política: Carolina de Mónaco, Catherine Deneuve, la Casa Real o los actores de Juego de Tronos. También Barack Obama, con quien se hicieron una foto. «Nada, fue un momentito y me pareció supersimpático. ¡Se sabía los nombres de mis hijas! Los americanos son así. Enseguida se enteran un poquito... y cuando llegan le dan la mano a todos los camareros».

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"Todo lo que lleva es bueno", detallan

Carlos G. Cano

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