Canciones que esconden entre sus letras a los represaliados de la Guerra Civil, un suicidio o los últimos coletazos del movimiento hippie
Jorge Decarlini, autor de ‘20 canciones. Historias, secretos y leyendas de un puñado de letras amadas’ nos invita a bucear a través de ‘American Pie’, ‘Alfonsina y el mar’, ‘Eleanor Rigby’ o ‘Tatuaje’
Las historias detrás de las canciones y la gripe aviar
Madrid
Cada buena canción encierra dos o más historias, la primera la que da lugar a su creación y las siguientes la que cada uno tiene en su memoria ligada con esos acordes. Con ayuda de los oyentes hemos conocido esas segundas historias, como Francisco desde Mallorca que elige ‘The way we were’ de Barbra Streisand, por “ese primer amor que no se hizo realidad” o María José que le dedica la sesión de Shakira con Bizarrap a su exmarido.
Para la primera, la que hace que esas canciones, esos himnos, lleguen a existir hemos contado con la ayuda del periodista Jorge Decarlini, que ha publicado el libro ‘20 canciones. Historias, secretos y leyendas de un puñado de letras amadas’ en la editorial Libros del K.O. En su libro encontramos 20 canciones de todo género musical, desde Rocío Jurado a Nirvana pasando por Joan Manuel Serrat.
Nacho Carretero y Nuño Domínguez demostraron sus conocimientos musicales adivinando con solo unas pistas dos de las canciones que cuenta en su libro Decarlini: ‘Ojalá’ de Silvio Rodríguez y ‘Born in the U.S.A.” de Bruce Springsteen. Ambas canciones arrastran leyendas urbanas, mitos y resignificaciones.
Historias, leyendas y mitos que el periodista lleva persiguiendo, como diría la canción, toda una vida. “Hay proyectos para los que uno, sin saberlo, lleva formándose toda la vida. En mi caso, es en la adolescencia... Ahí me di cuenta que, a veces, priorizaba el qué, por encima del cómo. Tenía el oído atento siempre a algunos versos y pensaba: ‘Aquí seguro que hay algo más que el autor está intentando contar”.
Después de unos cuantos años y tantas canciones como historias Jorge Decarlini ha seleccionado veinte de ellas para plasmarlas en las páginas de este libro: “Hice una selección variada en cuanto a la procedencia de los artistas, a la temática (amor, política, deportes...). Tampoco son mis canciones favoritas. Todas, evidentemente, cumplen el requisito de gustarme, pero al final he buscado la sorpresa y el interés del público.
‘American Pie’ y el día que la música murió
Detrás de este himno se encuentra la historia del propio autor: Don McLean tenía 13 años y repartía periódicos en su barrio cuando se encontró la noticia de la muerte de su ídolo, Buddy Holly. Ese tres de febrero de 1959 inspiró una de las canciones más importantes de todos los tiempos: ‘American pie’ y se convirtió para siempre en “the day the music dies”.
Tal y como cuenta Decarlini se ha convertido en una de las canciones más analizadas de la historia: “Sin duda es el capítulo que más quebraderos de cabeza me dio porque es una letra muy extensa y está minada de referencias a grupos, a cantantes, llena de dobles sentidos... Entonces el público, cuando la escuchó por primera vez en la radio en Estados Unidos, no tenía la capacidad que tenemos hoy de acceder a Internet y buscar las referencias. Empezaron a escribir a la radio para preguntar datos concretos de las canciones y un experto musical decidió escribir un informe muy extenso, demasiado extenso, como para leerlo la antena y comentó que quien estuviese interesado que le escribiese y que él le enviaría por correo el análisis completo. Eso se convirtió en cajas y cajas de cartas que llegaron a la emisora. Y ese pobre hombre tuvo que enviar decenas de miles de informes durante años por todo el mundo”.
‘Alfonsina y el mar ‘ y los últimos versos publicados en ‘La Nación’
La canción de Mercedes Sosa que incluyó en un disco dedicado a ocho mujeres argentina cuenta la historia de la poeta Alfonsina Storni, una precursora para la época que no solo consiguió sentarse en la mesa de los literatos hombres, sino también tener un papel fundamental en la lucha por la igualdad de la mujer.
“La vida se le fue complicando con problemas mentales y físicos y decidió suicidarse. Esta canción cuenta una versión romantizada porque en los hechos no fueron exactamente así. Pero con una letra llena de metáforas marinas cuenta el día, el momento exacto, en el que Alfonsina Storni decide suicidarse”, explica Decarlini.
En la letra vemos cómo cambia de persona: comenzando por la tercera, pasa a la segunda y termina con una estrofa final en primera persona que son un resumen de los versos póstumos de Alfonsina que se publicaron al día siguiente de muerte en ‘La Nación’: "Y, si llama él, no le digas que estoy: dile que Alfonsina no vuelve. Y, si llama él, no le digas nunca que estoy: di que me he ido".
Eleanor Rigby y una tumba cerca de donde se conocieron Lennon y McCartney
En un libro sobre música no pueden faltar los Beatles y uno de sus grandes clásicos. Aunque a todos nos suena esa tumba con el nombre de Eleanor Rigby, Paul McCartney no la conocía hasta que un fan en los años 80 la encontró.
“McCartney la escribió basándose en su época de boy scout, una de las cosas que hacía era visitar a muchas mujeres viudas de que habían perdido a sus maridos en la Segunda Guerra Mundial y ahí escuchaba sus historias. Eso fue lo que tuvo en mente para escribir la canción”, cuenta el periodista.
De entrada la elección del nombre parece puro azar: “Rigby” lo encontró escrito en un letrero de una tienda de Bristol y “Eleanor” era el nombre de una de las actrices de la película ‘Help!’. Después, en los años 80, llegaría el mito de la tumba, pero tejiendo casualidades es como se construyen las grandes historias: Donde se encontraba la tumba de Eleanor Rigby en Liverpool “era en el cementerio en donde pasaban las tardes John Lennon y Paul McCartney”.
‘Tatuaje’ y “un ritual clandestino de duelo”
En 1941 la copla de Concha Piquer sonaba en todas las radios, todas las mujeres las cantaban, se acogían a ella. Joge Decarlini destaca la importancia del año, del momento sociopolítico: “Estamos en plena posguerra española y esta es una canción que tiene muchas lecturas. La primera, la más evidente, habla del marinero que se fue, pero en ese contexto de posguerra en las que el duelo estaba totalmente silenciado para las familias de las víctimas de los represaliados. Muchas mujeres de la época lo utilizaban como una manera de verbalizar que ellas tenían en mente a sus maridos, a personas que se habían ido a la guerra y no habían vuelto”.
Estela Bango
Redactora en 'Hoy por Hoy' y antes en 'La Ventana'....