Macron anuncia una reforma para que el derecho al aborto esté incluido en la Constitución

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha anunciado que "en los próximos meses" su Gobierno presentará un proyecto de ley para tratar de reformar la Constitución e incluir el derecho al aborto, una iniciativa que, en principio, no necesitaría ser refrendado por la ciudadanía en un plebiscito.

Durante un homenaje a la abogada feminista Gisèle Halimi, y coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, Macron ha defendido que la Carta Magna contemple "la libertad de la mujer de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo", de tal manera que nadie pueda tocar un derecho que sería "irreversible".

"Quiero hoy que la fuerza de este mensaje nos ayude a cambiar nuestra Constitución, para grabar la libertad de las mujeres de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo, para asegurar solemnemente que nada podrá entorpecer o deshacer lo que será así irreversible", ha declarado Macron.

El mandatario asume así un debate que ya comenzó en Francia tras el veto del Tribunal Supremo de Estados Unidos al derecho al aborto y que, en el caso galo, requiere de distintos niveles de consenso en función de cómo se tramite, un aspecto clave teniendo en cuenta la actual polarización política.

El Senado ya votó a principios de febrero a una proposición de ley para cambiar la Constitución, pero lo hizo mediante una vía que requiere también del visto bueno de la Asamblea Nacional, de la que se había desmarcado en términos de redacción. Además, al ser proposición, en caso de la doble aprobación parlamentaria aún sería necesario un referéndum, explica Franceinfo.

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Si es el Gobierno quien asume la iniciativa, la convocatoria de dicha consulta ciudadana ya no sería obligatoria, de tal manera que bastaría con que respaldaran el proyecto de ley anunciado este miércoles por Macron tres quintas partes de los integrantes de las dos cámaras del Parlamento.

La reforma de las pensiones marca una nueva jornada de protestas

Unas 200 manifestaciones están previstas en Francia para el Día Internacional de los Derechos de las Mujeres, 150 más que en 2022, una jornada que, además de las consignas feministas clásicas, recoge también el rechazo a la reforma de pensiones, pues se considera que afecta doblemente a las mujeres.

La organización Greve Feministe (Huelga Feminista) califica el día de "histórico" en sus redes sociales y vaticina la vuelta de "las grandes triunfadoras", un nombre que, de forma irónica, hace referencia a los discursos del Gobierno cuando, en 2020, defendían las mujeres serían las más favorecidas por el cambio legislativo.

El actual proyecto de pensiones, que está en trámite parlamentario y es rechazado por al menos un 70% de la población francesa, vuelve a publicitarse desde el Gobierno como un triunfo para las mujeres, pero los colectivos feministas se oponen a esa lectura. Las pensiones femeninas son en general un 40% más bajas que las de los hombres y su jubilación suele comenzar siete meses más tarde que la de sus compañeros debido a que, de media, suelen tener carreras laborales cortadas por la maternidad.

Con la reforma que propone el Gobierno, las mujeres verían sus pensiones aumentadas gracias a la revalorización de la pensión mínima a 1.200 euros netos pero con el retraso de la edad de jubilación hasta los 64 años, su retiro será aún más tarde que el de los hombres. "El Gobierno ataca de nuevo y frontalmente a las mujeres con una reforma de pensiones que va a golpear de frente", indica el comunicado de Grève Feministe, que ha convocado las manifestaciones.

"El 8 de marzo de 2020 fue la última manifestación antes del entierro de la reforma de pensiones por puntos", recuerdan desde la organización, que busca conseguir otra vez que se retire el proyecto legislativo.

Así, las manifestaciones de hoy apelan a la solidaridad internacional con las mujeres de todo el mundo, en especial las ucranianas, iraníes, afganas, rusas y kurdas. La organización aboga también por la igualdad en el mundo laboral, contra el techo de cristal y la brecha salarial, reclamación que se escenifica "haciendo ruido" a las 15.40 horas locales (14.40 GMT), momento del día en el que, teóricamente, las mujeres francesas dejan de estar pagadas por su trabajo.

Asimismo, se recogen reivindicaciones contra las violencias machistas y sexuales, por una educación no sexista y por la defensa del derecho al aborto, de forma que quede reconocido en la Constitución francesa. El manifiesto extiende sus reivindicaciones a la mujeres con discapacidad, de minorías raciales y étnicas y pertenecientes al colectivo LGTBI+.