La realidad sin milongas de La Paloma
La banda madrileña se despega de la etiqueta revelación y presenta 'Todavía no', un disco que desmitifica que los jóvenes son unos quejicas
El confinamiento sirvió para que Nico Yubero y Lucas Sierra —que se acababan de conocerse un par de semanas antes del cierre total— fusionasen ideas de cómo les gustaría que fuese su proyecto musical. Tres años después han presentado Todavía no (La Castanya, 2023), su primer disco. Al comienzo de este camino aparecieron el batería Juan Rojo y Rubén Almonacid al bajo, y nació La Paloma. Aunque acaban de publicarse su primer larga duración, la etiqueta de emergente ya se la despegaron con un 2022 imparable. "Desde que terminó el confinamiento nos veíamos todos los días, estábamos componiendo, tocando... si le tocaba a alguien esto, nosotros estábamos en esa lista", explica Lucas, guitarra, cantante y letrista del grupo, a Fuego y Chinchetas. Una suerte trabajada que les ha llevado a tocar por gran parte del país, viajar a México y estar en los carteles más deseados de este verano. "Seguimos teniendo ese 'mindset' de ir poco a poco, pero ha ido todo bastante rápido y tampoco nos ha acelerado a nosotros", señala Nico, también vocalista, letrista y guitarrista.
La realidad sin milongas de La Paloma
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La Paloma forma parte de esa 'nueva movida' que se está cociendo en las salas de la capital con compañeros como Cora Yako, shego, Menta, Aiko el grupo, Biela, Monteperdido y que tras la pandemia han agarrado con fuerza un mensaje generacional de hastío con un sonido muy enérgico. Al título de este primer disco se suma el de Una idea, pero es triste (La Castanya, 2021), su EP debut con el que se dieron a conocer. Dos conceptos separados que "salen de cosas completamente diferentes" pero que son más realistas que negativos. "Nuestra generación y las cercanas, nacidas en los 90 y criadas en los 2000, tenemos la mochila de haber sido comodones", interpreta Nico. En Sigo aquí, carta de presentación del disco, aparece una descriptiva frase de lo que hablaban: 'Un estado emocional frágil, consecuencia de una vida fácil'. Esa perspectiva de haber sido una generación de afortunados genera una expectativas que desembocan en frustración cuando éstas no se cumplen, lo que a su vez ha provocado la importancia del cuidado de la salud mental. "Es una responsabilidad social que también nos pesa y nos abrimos mucho más a hablar de estas cosas", señala Juan.
El título de Quejas célebres, canción que toca de lleno esta temática, nació de una reflexiva ducha de Lucas que no dudó avisar por el grupo de WhatsApp de La Paloma. No es el único tema que habla de "lo quejicas que somos" a los ojos de los demás. Algo ha cambiado, No es una broma, El adversario o Todo esto hablan de esas vulnerabilidades de una generación de cristal, mientras que la derrotista Tiré una piedra al aire choca con la optimista Polvo y Caracola pálida. "Si hay un público que quiere escuchar milongas y que todo está guay, pues... a lo mejor no somos el grupo. Narramos lo que nos pasa por la cabeza directamente", dice Lucas. "No sentamos cátedra, huímos de la condescendencia o intentar transmitir un mensaje", continúa Nico. Y es que a la banda madrileña, que inevitablemente suspira aires de Cala vento, Él mató a un policía motorizado o Carolina Durante, no le va eso de victimizarse siempre. También hay temas luminosos como Cosas sencillas que se 'esconde' en el final de su primer trabajo y que a veces reluce menos por ello. Ahora, la música es una playlist que se va renovando automáticamente y el público a veces "no indaga". "Es el reflejo de la tendencia actual. No vamos a dejar que eso comprometa nuestra creación, el orden del disco no se va a ver comprometido porque la gente escuche las primeras (...) Siempre ha pasado. Cuando yo me compraba discos de pequeño, las primeras canciones las quemaba y luego de repente la 8 y la 9 te encantaban y la gente decía que no la había escuchado", meditan Lucas y Juan sobre las nuevas formas de consumo.
Cerrando el círculo: de su primer concierto con gente de pie a tocar en un estadio
Partido a partido, una filosofía cholista, que lleva a rajatabla La Paloma. Primer bolo, el EP con el que se dieron a conocer, un concierto importante... y una idea clara: no buscar la suerte, trabajarla. "Somos conscientes de que la cosa va bien. No tenemos presión, seguimos haciendo la misma vida, los mismos ensayos, viéndonos las caras todos los días", admite Juan, batería del grupo, al ser preguntado si el auge que están teniendo les afecta de alguna manera. Con cautela, los madrileños siguen el plan establecido desde que todo arrancó durante la pandemia. "La idea era ser un grupo y conseguir todo lo posible, que es viajar, tocar en escenarios grandes, etc. Desde que terminó el confinamiento nos veíamos todos los días, estábamos componiendo y tocando. Si le tocaba a alguien esto... nosotros estábamos en esa lista. Y seguimos", explica Lucas. Y eso da sus frutos, tanto que este 31 de mayo y el 7 de junio compartirán escenario con Pet Shop Boys en el Primavera Sound de Barcelona y Madrid respectivamente. Ésta última edición en el Metropolitano, como el líder de su razón.
"Es tan desproporcionado... hay cosas que igual se te van un poco de mano como un concierto que es un poco grande para una banda pequeña como nosotros. Pero esto se va de madre", dice Nico al solo pensar que tocarán en un estadio como el del Atlético de Madrid. Y es que no es la primera vez que el Primavera Sound piensa en ellos directamente —Joan Pons, director de comunicación, los recomienda en la entrevista que le hicimos en Fuego y Chinchetas— ya que su primer concierto con gente de pie fue en el Primavera Weekender (es loco pensar que sus inicios fueron con público sentado en sillas de plástico). La Paloma sabe aprovechar oportunidades: "Los promotores son conscientes que se nos han dado oportunidades muy buenas y siempre hemos dado la talla". Y si no que se lo pregunten a su público, que disfruta de conciertos enérgicos, vibrantes y llenos de pogos. "El tipo de música que hacemos sí que se presta a que la gente se vuelva un poco loca en el directo".
Un disco que presentaron en la mítica sala El Sol de Madrid con 11 bandas amigas que interpretaron Todavía no de arriba a abajo, como si fuese una fiesta de cumpleaños con amigos y conocidos como Jimena Amarillo, Carolina Durante, María Escarmiento, Marta Knight, Muro María, Cora Yako, Alcalá Norte, Shanghai Baby, Aiko el grupo, Menta o The Parrots. El círculo lo cerraron con ellos cuatro sobre el escenario interpretando el EP y cerrando con Palos, la piedra filosofal para su gente donde la frase 'quiero que me vuelvas a explicar lo que ha pasado' se repite hasta 12 veces. "Al público español le encanta saberse una canción. Puedes estar dando el concierto de tu vida, estar tocando increíble, pero viene la que la gente se sabe y se vuelven locos. Ves manos arriba, móviles arriba... y a lo mejor la de antes salió como nunca", explican. A veces la música es tan sencilla como saberse la letra. Todavía no es un ahora, sí. Para lo que aún no hay respuesta es sobre qué pasó aquel día que Lucas llegó con esa repetitiva frase en la cabeza, aunque nos promete que una canción del siguiente disco de La Paloma lo explicará.
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Íñigo Renedo
Redactor de deportes en la Cadena SER y forma parte del programa de música indie 'Fuego y Chinchetas'....