De 38 países que tiene la OCDE, sólo hay ocho en los que haya caído más que en España el salario real de los trabajadores. Es verdad que han subido los sueldos, un 3%, pero más han subido los precios -un 8,4%-. Así que aunque suba el salario, cae el consumo y el poder adquisitivo. A la vez, los beneficios empresariales se han casi duplicado en España. Los dividendos han crecido prácticamente un tercio y los beneficios han subido el doble que los costes laborales. Esto lo dice el Banco Central Europeo. Durante la pandemia fueron posible los ERTE y los acuerdos sociales. Fue posible luego hasta poner de acuerdo a sindicatos y patronal para una reforma laboral en este país. Pero se atasca la subida de los salarios. Hay acuerdos, es verdad, en convenios concretos. O sea que sí es posible la mejora de los sueldos. Pero no hay acuerdo para la mayoría en general. Es inevitable hacerse, pues, la pregunta de si no lo hay porque no se puede o no lo hay porque no se quiere. Que mayo empieza con el Día del Trabajo, pero acaba con unas elecciones.