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La reacción de Walker con Vinicius tras 90 minutos de lucha: no está acostumbrado a esto

El duelo entre el inglés y el brasileño acabó con un emotivo abrazo

Walker y Vinicius se saludan afectivamente tras el partido. / Diego Souto

Un día más, Vinicius fue el mejor jugador del Real Madrid. A sus 22 años, ha asumido por completo el liderazgo del ataque del vigente campeón de Europa y, ante las horas más bajas de Benzema, el brasileño es la gran esperanza y el mayor exponente ofensivo de los blancos. Aquel jugador que debutó con 18 años en el Bernabéu con ciertas dudas, sobre todo en la finalización, ahora parece no tener límites. Si ya es por muchos considerado el extremo más desequilibrante del panorama mundial, en las últimas dos temporadas se ha destapado también como un goleador. La pasada campaña anotó 22 tantos y esta lleva ya 23, el último de ellos este martes contra el Manchester City.

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Vinicius se destapó como el principal peligro del Real Madrid otra gran noche más, y eso que el City centró su plan defensivo en su figura. Guardiola cambió el once para intentar frenar al brasileño e introdujo en el lateral derecho a Kyle Walker, a pesar de que solo había sido titular en un partido de Champions esta temporada. Sin ir más lejos, el técnico catalán apostó por otras opciones en la eliminatoria contra el Bayern, pero en el Bernabéu confió en su velocidad, como ya hiciera la pasada temporada. El resultado fue favorable para Vinicius, a pesar de que Walker no realizó un mal partido. El brasileño está en un estado de forma imparable y volvió loca a la defensa rival. Especialmente en la jugada de su gol, una auténtica obra de arte que hace frotarse los ojos a aquellos con menos confianza en la definición del joven.

Vinicius intenta una 'lambretta' ante Walker.

Vinicius intenta una 'lambretta' ante Walker. / David Ramos

Sin embargo, no todo lo que rodea su figura son luces. También están presentes las sombras del continuo debate sobre su comportamiento en el terreno de juego. Algunos manifiestan que es un provocador que falta al respeto a los rivales y los árbitros, mientras otros lamentan que es continuamente provocado y pegado por los rivales. Son las partes de un debate que parece no tener fin y cuya conclusión más sabia posiblemente esté, como casi siempre, en un punto intermedio.

En este contexto, sorprendió a muchos, sino a todos, la gran deportividad con la que vivieron Walker y él el duelo que afrontaron durante los 90 minutos de juego. A pesar de verse en prácticamente todas las acciones del juego, no tuvieron ningún problema ni ninguna salida de tono. De hecho, al final del partido dejaron una preciosa imagen que puede servir de exponente de lo que debería ser este deporte siempre: Walker se acercó al goleador para felicitarle por su partido y ambos bromeraron y se fundieron en un cariñoso abrazo. En siete días, la segunda parte.

David de Gustín

Trabaja en la sección de deportes de la Cadena...