El Gobierno prohibirá trabajar a determinadas horas del día si hay alertas rojas o naranjas de la AEMET

El Consejo de Ministros celebrará este jueves una reunión extraordinaria para abordar un conjunto de medidas con el que seguir afrontando las consecuencias de la sequía y el calor en España. Además de medidas para el campo, el Gobierno va a imponer nuevas obligaciones a las empresas cuyos trabajadores desempeñan sus labores expuestas al calor extremo. El Consejo de Ministros va a aprobar nuevas regulaciones que afectarán al mercado con tres grandes cambios: - En primer grado, el calor extremo, el Ejecutivo pretende prohibir el desarrollo de algunas tareas a determinadas horas del día. Se trata de trabajadores que realizan su trabajo al aire libre, por lo general, en tareas de limpieza, recogidas de residuos o repartos, entre otros. - En segundo lugar,cuando haya alertas rojas o naranjas de la AEMET, el Ejecutivo pretende convertir en obligatoria la reducción de la jornada de los trabajadores o la redistribución de esa jornada. Si hay esas alertas, será obligatorio pues reducir o cambiar turnos de trabajo o incluso acortar las horas de desempeño profesional de los empleados. - Y por último,el Ejecutivo impone la obligación a algunas empresas de adoptar medidas específicas reforzadas, que harán obligatorio el uso de ropas más ligeras, transpirables. Esas medidas serán individualizadas y se adaptarán al perfil de cada trabajador, de forma que, por ejemplo, un restaurante que sirve cervezas al aire libre deberá adoptar diferentes medidas de protección para trabajadores más jóvenes frente a aquellos más mayores o con afecciones más sensibles frente al calor. El paquete legislativo se adopta, según fuentes del Ejecutivo, ante la mayor crudeza de “fenómenos meteorológicos adversos” y afectará a todo el mercado laboral para combatir episodios como la muerte de dos trabajadores el pasado año, cuando los días 16 y 18 de julio, tres trabajadores de la limpieza fallecieron como consecuencia del calor extremo que se vivía en la capital de España. En aquellos días, fueron 184 los fallecimientos que se atribuyeron al calor según la estadística del Instituto de Salud Carlos III. Según la estadística del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), las muertes atribuibles a las altas temperaturas registradas por la ola de calor del año pasado superaron el millar y se cerraron con 1.047 fallecimientos. Además de esas medidas laborales para sobrellevar el calor, el Gobierno también aprobará nuevas medidas para afrontar las consecuencias de la sequía en el campo. Por un lado, se van a ampliar las ayudas directas al sector. Por otro, el Ejecutivo va a rebajar los requisitos imprescindibles para cobrar la PAC y, en tercer lugar, se va a aumentar las coberturas de los seguros agrarios. Según los datos oficiales publicados este martes, los embalses bajan sus reservas de agua al 48%, un tercio menos de la media habitual. Las pérdidas de agua potable en España van del 15% hasta, incluso, el 60% en ayuntamientos pequeños. Por esta razón, en pleno periodo de sequía, el gobierno central invertirá 200 millones de euros ayudas públicas para que los pueblos con menos de 20.000 habitantes pueden reparar, de forma urgente, las fugas de sus viejas tuberías. La sequía deja una larga lista de problemas en todo el campo que amenaza aumentar si no llueve. Además de los agricultores, muchas explotaciones ganaderas se están viendo afectadas por el doble efecto de la falta de lluvias: la sequía mengua los pastos con los que alimentan el ganado, pero también la producción de las alternativas: los almacenes de paja y forrajes se están vaciando y lo poco que queda en el mercado se ha disparado de precio: ahora cuesta un 300% más.