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Sánchez y Biden: anatomía de un instante

La foto en la Casa Blanca se va a producir en el inicio de una campaña planteada como primera vuelta de las generales y a siete semanas de que España ocupe la presidencia rotatoria de la UE, con la guerra de Ucrania como telón de fondo

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez. / Brais Lorenzo (EFE)

Washington (EEUU)

Nadie el PSOE defiende que el perfil internacional de Pedro Sánchez pueda tener una relación directa con el apoyo en las urnas pero en el partido sí que coinciden en que su agenda exterior al máximo nivel refuerza su credibilidad como presidente y debilita el cartel de Alberto Núñez Feijóo como presidenciable.

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La foto de Pedro Sánchez con Joe Biden este viernes en el despacho oval de la Casa Blanca no es una novedad en la política exterior española, ya pasaron por allí presidentes anteriores, pero su relevancia política tiene que ver con el momento en el que se produce en el contexto nacional e internacional: el arranque de unas elecciones planteadas como una primera vuelta de las generales y a siete semanas de que España ocupe la presidencia rotatoria de la Unión Europea, con la guerra de Ucrania como telón de fondo. Salvo imprevistos, no habrá nada singular en el Sánchez-Biden de este viernes, pero la imagen es especialmente valiosa en este preciso instante.

Del mal rato de 2021 al desagravio de 2022

Será en Washington, a las 14:00 hora local, previo saludo delante de unos 50 periodistas. Unos minutos de sonrisas y posado acelerado ante las cámaras antes de repasar el orden del día que sus equipos llevan puliendo desde hace meses. En España a esa hora serán las ocho de la tarde. Núñez Feijóo estará terminando su mitin en Valladolid mientras Yolanda Díaz regresa de Mieres, de la cuenca minera asturiana.

Fue la Casa Blanca la que ofreció la fecha de la visita así que es pura casualidad que vayan a verse justo cuando empieza la campaña de estas elecciones de 28-M. Pedro Sánchez quiere ganarlas reivindicando y desplegando gestión. "Qué mejor mensaje de que estamos defendiendo los intereses de los españoles al máximo nivel", argumentan en el equipo del presidente.

Han mimado especialmente este viaje tras el fiasco de junio de 2021, cuando el anterior gabinete de Sánchez vendió la piel del oso antes de cazarlo y filtró la existencia de una supuesta reunión que no era tal. Aquello terminó siendo motivo de burla y de monumental enfado del jefe del Ejecutivo, aunque todo pasó a la categoría de recuerdo de un mal rato tras la cumbre de la OTAN de Madrid. En junio pasado, Joe Biden no sólo se reunió con Sánchez en la Moncloa sino que los presidentes y sus familias exhibieron sintonía en la recepción del Museo del Prado, para mayor desagravio.

Desde aquellas conversaciones a solas, formales unas y distendidas otras, Sánchez ha protagonizado una agenda internacional que recalifica la reunión en la Casa Blanca. Está muy interesado, según su equipo diplomático, en "intercambiar impresiones" con Biden tras su reunión hace mes y medio con Xi Jinping en Pekín y la visita que hizo a Volodomir Zelensky en Kiev en el primer aniversario de la guerra.

Estados Unidos y la Unión Europea están "totalmente alineados", sostiene la Moncloa, en cuando la defensa de Ucrania como país agredido por Rusia pero en Washington generó cierta inquietud que el francés Emmanuel Macron se diferenciase de la política exterior norteamericana en China, tras la reunión que también él mantuvo con el presidente de la República Popular.

La "vía europea" en China

En vísperas de la presidencia europea, Sánchez explicará a Biden cuáles son las prioridades de su mandato, cómo afectan a Estados Unidos y también esa "vía europea" en la relación con Pekín para mantener un canal propio de colaboración para afrontar, por ejemplo, la lucha el cambio climático. Así se lo ha trasladado previamente el ministro José Manuel Albares al secretario de Estado, Antony Blinken, con quien ha preparado esta semana en Washington la reunión entre presidentes. Europa, dijo el ministro español, no puede "desconectarse" de Pekín, "una gran potencia por su fuerza militar, económica y su población". La relación con Estados Unidos, añadió, "es mucho más grande", como aliado histórico con el que la UE comparte valores y la misma visión del mundo.

Es crucial también el momento de la reunión de Sánchez y Biden por la relación con América Latina y el Caribe, una región prioritaria para el Gobierno en el semestre de presidencia de la Unión Europea. El presidente va al despacho oval justo un día después de que se deje de aplicar el Título 42, que ha permitido las devoluciones en caliente a México de los migrantes que cruzaban a Estados Unidos con el argumento de frenar la pandemia. El Gobierno se ha mostrado ya dispuesta a colaborar en la gestión de flujos regulares de migrantes porque a finales de marzo se firmó un acuerdo para que España y Canadá acojan a latinoamericanos procedentes de centros de tramitación que Estados Unidos va a instalar en Guatemala y Colombia para rebajar la presión sobre su frontera.

De Rota y Palomares a los microchips y las aceitunas negras

En el ámbito bilateral, hay dos cuestiones que han marcado históricamente la relación entre ambos países y que también estarán sobre la mesa. Uno se ha resuelto justo en los días previos al viaje de Sánchez: ya está despejada la llegada a la base de Rota de dos destructores más de Estados Unidos. La operación divide a los socios del Gobierno, Unidas Podemos está absolutamente en contra de la ampliación de la potencia militar de la base, pero el Ministerio de Defensa ya ha cerrado los pormenores con la administración Biden y el acuerdo no tendrá que pasar por el Congreso.

La definición de los aspectos "técnicos" es lo que, según el ministro Albares, queda pendiente para que Estados Unidos se haga cargo de las tierras contaminadas en Palomares desde hace 57 años. Existe voluntad política, así lo ha traslado esta semana el propio Blinken, pero está por aclarar el cómo y el cuándo, después de que quedase en nada el compromiso de llevarse esas arenas radiactivas a un desierto de Nevada.

Es muy amplia la agenda de asuntos en los que España y Estados Unidos tienen intereses compartidos y que se reactivan con motivo de estas reuniones de alto nivel. Sánchez quiere mejorar la cooperación para la implantación de un sistema de microchips avanzados en España pero también intentará desbloquear un contencioso por los aranceles a las aceitunas negras que implantó el Gobierno de Trump y que siguen en vigor.

Son sólo dos ejemplos de la relevancia de las relaciones comerciales, económicas, institucionales y diplomáticas. Estados Unidos es el primer inversor en España y es el principal destino de inversión de España. Esta reunión entre presidentes en Washington busca, según la Moncloa, "consolidar la intensidad y la densidad" de los vínculos entre ambos países, más allá de la rentabilidad electoral que el PSOE buscará con la foto. La foto con Biden estará en las conversaciones de los socialistas cuando el presidente aterrice el sábado en el mitin de Sevilla y el domingo, en Puertollano. Allí hay morbo añadido, que coincide con García Page.

 
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