La realidad paralela de la campaña electoral

Murcia

Hoy estamos en Murcia. Hasta aquí nos ha traído la gira que vamos a hacer por España estas dos semanas de campaña electoral. Desde Murcia queremos hablar de la situación en el campo, ahora que nos hemos puesto todos a mirarlo con atención por las consecuencias de la sequía y a causa del elevado precio de los alimentos. Porque al campo miran muchas familias que todavía viven de él y que este año ven como muchas de las cosechas se dan por ya perdidas, se calcula que el 80% del cereal, por ejemplo, por la falta de agua.

De esta manera se va a tensionar todavía más un sector especialmente sensible, tanto por las condiciones meteorológicas como por la inflación. Y de todo esto queremos hablar hoy desde Murcia, pero ampliando la panorámica al resto de las zonas agrícolas de España. Y queremos hablar también, porque es importante para el futuro de la agricultura y la ganadería, de innovación, de cómo la tierra y quienes trabajan en ella tiene que adaptarse a las nuevas condiciones que nos depara el cambio climático.

Hablaremos, pues, de agricultura como ayer lo hicimos de turismo o el viernes pasado de sanidad, porque estas son las cuestiones en las que piensan los ciudadanos, las que les mantienen ocupados y las que ocupan la conversación pública.

Y es que, mientras tanto, la campaña electoral va por otro lado, en una especie de realidad paralela que ocupa horas y horas de mítines y entrevistas. La derecha se ha agarrado a las listas de Bildu, en las que hay etarras condenados con la condena cumplida ya, y la izquierda, el PSOE, intenta centrar el foco en la gestión y en los anuncios. Ayer anuncios del presidente del gobierno sobre las condiciones para la jubilación de los trabajadores con discapacidad y sobre el derecho al olvido oncológico.

El PP, además, con tensión interna. Alberto Núñez Feijóo evita hablar de la ilegalización de Bildu ante la presión de Isabel Díaz Ayuso que, otra vez, demuestra no tener ningún tipo de pudor ni ningún tipo de problema con asemejar sus propuestas a las de la ultraderecha y que pidió ayer volver a plantearse la ilegalización de Bildu.

La verdad es que no hay mucho de nuevo. La derecha y la ultraderecha hablando de ETA, una organización que, recordemos, dejó las armas hace más de una década, por muy cuestionable que nos parezca la inclusión de exetarras en sus listas. Es un recurso habitual en sus argumentarios. Pero estas elecciones no van de esto. Los vascos decidirán lo que hacen con sus votos y con las listas de Bildu.

Llama mucho la atención escuchar a candidatos municipales y autonómicos de la otra punta de España utilizando el argumento de ETA en sus intervenciones. De ellos, los ciudadanos esperan respuestas a sus preguntas y a sus problemas. Porque de esto van estas elecciones.