Directo

ENTREVISTA RODRI Sigue en directo la entrevista en 'El Larguero' a Rodri, el ganador del Balón de Oro

Sociedad | Actualidad

"El pobre llevaría ahí igual 20 horas": la "desesperante" búsqueda de un burro bebé que se había caído en un agujero

Cuando regresa, el resto de burros de la reserva de Astosoro fueron a su encuentro: "Sabían que algo había pasado"

La "desesperante" búsqueda de un burro bebé que se había caído en un agujero

Madrid

Borja creó en el año 2000 la reserva de burros Astosoro entre los municipios de Errigoiti y Morga, en Bizkaia. Allí, rodeados de prados, huertas con árboles frutales, matorrales y un arroyo, viven libres unos 50 burros, más de la mitad de la raza de Encartaciones, una raza autóctona de Euskadi que está en peligro de extinción. Cada mañana va a darles de comer y aprovecha para contarles: "El sábado acabamos todo bastante antes, me puse a hacer un vídeo con los burritos y me di cuenta de que me faltaba Burlón", recuerda todavía con el susto en el cuerpo. Ese animal es muy especial para él: "Tiene un mes y nació con la lengua fuera, por eso le llamo así. Es algo muy raro que eso ocurra y se le corrigió en un par de días. Yo crío muchos burros pero es que a ese le tengo un cariño especial porque le he atendido tanto desde pequeñito...".

El burro Burlón tras su difícil rescate

En cuanto vio que no estaba, comenzó la búsqueda: "La finca es muy grande y tras casi 4 horas no le encontrábamos. Ya estábamos desesperados... Por fin le encontramos en un agujero metido, como a metro y medio de profundidad. El pobre llevaría igual ahí 20 horas porque no le habíamos visto en toda la mañana. Fue increíble el disgustazo y la alegría cuando le encontramos", relata sin ocultar la emoción.

Un rescate complicado

Como Burlón es tan pequeño cabía en un agujero muy estrecho, "como un balón". Apenas se le veía desde arriba. "La búsqueda fue desesperante. Estuvimos 4 horas mirando todos los arroyos, tenemos pinchos... menos mal que tenía otro compañero, que éramos dos, porque si no, me vuelvo loco yo", recuerda ahora Borja.

Los burros pequeños no emiten ruidos y la madre "no ayudó nada" en la búsqueda: "No marcaba ni dónde había estado ni nada. Si todavía se hubiera quedado en una zarza, se habría quedado a su lado, pero como se cayó en un agujero para ella es como que desapareció", lamenta su cuidador que sí se dio cuenta de que las ubres las tenía hinchadas, así que hacía mucho que la cría había desaparecido.

Cuando por fin encontraron al animal, no tenían claro cómo sacarle de ese agujero tan pequeño y profundo: "Si hubiéramos ido a por una pala le habríamos tirado toda la tierra encima así que lo que hice fue colgarme un poco y agarrarle de las orejas, que es lo primero a lo que llegué. Empecé a levantar y luego mi compañero cuando pudo le levantó el cuerpo y lo sacamos así". Borja tiene claro que, pese a todo, tuvo suerte: "Menos mal que había caído de culo porque, si cae de cabeza, se queda ahí".

Burlón había estado tanto tiempo encogido en el agujero que salió con las patas dormidas y apenas podía moverse. "Estaba muy débil, así que llamé al veterinario, le metió una inyección de vitaminas y estuve toda la noche mirándole cada dos horas. Ayer domingo también sufrí porque veía que no salía palante, pero esta mañana ya se le veía potente y ya está contento", cuenta feliz también.

El emotivo reencuentro con sus compañeros

Burlón era un burro "súper contento y alegre" pero su cuidador cuenta que estos animales se quedan muy tristes tras un shock de este tipo. En un emotivo vídeo se ve cómo el resto de burros de la reserva le rodean cuando se reúne de nuevo con ellos: "Vienen y le miran porque saben que algo ha pasado, le ven ahí, raro...". En vídeo acaba con Burlón reencontrándose con su madre y mamando: "Es pequeñito porque su madre es primeriza pero va a ser un burro maravilloso. Es un juguete".

El reencuentro de Burlón con el resto de burros

Elisa Muñoz

Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero...