Cuando en 2020 comenzó la relación de Enrique Ponce con Ana Soria, 26 años más joven que el torero, las imágenes de la pareja llenaron las revistas del corazón. Ellos mismos compartían en redes sociales sus fotos de sus viajes y no ocultaban su felicidad pese a las críticas. Pero la presión social pudo y finalmente acabaron cerrando sus redes y viviendo su noviazgo de una forma más discreta. Hasta este martes, cuando la pareja ha abierto su corazón en El Hormiguero y han contado cómo se conocieron y lo enamorados que están el uno del otro. La primera vez que se vieron fue en una plaza de toros: «Fui a torear a Almería y yo estaba en el callejón y la vi en el tendido sentada. Le pregunté a un amigo de allí, oye, ¿tú conoces a esa chica? y me dijo, claro, es hija de Federico, un amigo suyo. Me dijo su nombre y hoy en día la verdad es que es muy fácil encontrar a la gente, así que la busqué y la encontré». Desde entonces no paró de mirarla y lo dio todo en el ruedo: «No sabes lo que me motivó, ese día corté 4 orejas», confiesa. Ana Soria, por su parte, no podía creer que fuera a ella a quien mirase tanto el torero: «Iba con una amiga que me decía »pues yo creo que sí« y hubo un momento que cruzamos ya la mirada. Yo la evitaba al principio porque me daba como vergüenza y hubo un momento en el que ya cruzamos mirada y te prometo que sentí algo especial. Además, en la plaza, con las luces y él tiene los ojos muy claros... mira así para arriba se le ve así como un brillo en la mirada que, te prometo, que cuando me miró, a mí el mundo se me paró ahí. Tuve una sensación que nunca había tenido. Solo en una mirada», relataba la joven. Pablo Motos quería aclarar cómo comenzaron hablar: «¿Te entró por Instagram?», le preguntó a Ana y ella confirmó. «Antes de conocernos estuvimos un tiempo al teléfono y ahí me pareció cercano. Tuvimos la sensación de que fuera como si ya nos conociéramos, una cosa bastante especial», contaba. Después de mucho tiempo hablando por teléfono llegó la primera cita que «fue una cena en un reservado». «Me repitió más de una vez que su hermana era abogada. Yo iba hecha un flan [...] El corazón me iba a mil, hubo muchos nervios pero luego ya fluyó todo también», recordaba Ana. Enrique destacaba a continuación que su novia es «una chica muy inteligente pero con una madurez impropia» y contaba que «poquito a poco» fueron enamorándose. El torero no paraba de destacar las cualidades de su pareja en el programa: «Ana es la mujer de la que estoy enamorado locamente. Lo que más me gusta es el corazón tan grande que tiene, lo buenísima persona que es, de verdad, siempre está más preocupada por los demás que por ella misma y tiene una gran fortaleza. Ha sabido soportar las calumnias y las injurias de mucha gente por el simple hecho de haberse enamorado de mí».