"Oye, por cierto, que me gustas": Javier Bardem cuenta cómo se declaró a Penélope Cruz

Madrid

Javier Bardem ha compartido este jueves su tiempo con Àngels Barceló para presentar la nueva versión de La sirenita, protagonizada por la afroamericana Halle Bailey y él mismo en el papel del rey Tritón. El actor ha hecho repaso de su carrera junto a su amigo Luis Alegre, que fue quien le hizo su primera entrevista mientras grababa Jamón, Jamón, junto a la que es hoy su mujer, Penélope Cruz. El periodista recuerda que el director Bigas Luna ya dijo hace 32 años que eran "los mejores actores del mundo" y que estaba seguro de que acabarían juntos. "Nuestra hija se llama Luna por muchas cosas pero también como homenaje a Bigas. No sé qué habría sido de mi vida sin esa película", confiesa el actor. Ya entonces se fijó en ella: "Yo pensaba "a esta le voy a seguir yo el rastro" ¡Que tenía 17 años! Pero los tortazos que me daba en la película eran de verdad.

Pero lo cierto es que después de esa película pasó mucho tiempo hasta el que el cine les volvió a juntar. Fue el director Woody Allen el que les reunió en Vicky, Cristina, Barcelona, y Javier Bardem fue enamorándose según pasaban los días pero no se atrevía a dar el paso: "Pensaba, ay, que no le he dicho nada, y el último día ya le dije, oye, por cierto, que me gustas y ella, según ha contado, pensó "¡ya era hora!"

Un madelman y gambas por el primer papel

Bardem también recuerda su primera aparición en una pantalla. Fue en la serie El Pícaro, dirigida e interpretada por Fernando Fernán- Gómez. "Faltó un niño y mi madre me trajo a mí. Había que reír y yo lloré y Fernán-Gómez dijo, "dejadle, es un actor dramático". Mi madre me regalo un madelman y ya con el tiempo le dijo, oye, te darían un dinerito por aquello ¿no? y un día se pagó unas gambas", rememora con cariño.

Recuerda también que con 10 o 11 años estaba obsesionado con que se iba a acabar el mundo y no había hecho el amor: "Mi madre me dijo, "mira, Javier, no va a pasar nada pero si pasa, aquí está tu madre para lo que haga falta". Destaca la empatía de su progenitora, "un ejemplo andante de muchas cosas", que hizo frente "a la injusticia, la insolidaridad, al dolor y a aquello que consideraba injusto en general". Se siente afortunado porque sus hijos hayan crecido con ese ejemplo.

Se le ha puesto la carne de gallina al escuchar Bienvenidos de Miguel Ríos, una canción que tiene mucha importancia en la familia: "Fue la última canción que escuchó mi madre antes de dejar este mundo físicamente. Se la pusimos los hermanos con unos cascos porque todas las mañanas celebrábamos esta canción y era una forma de dar la bienvenida a lo que venía". Bardem la cantó junto a "ese gran dios que es Miguel Ríos" en el Wizink Center. Reconoce que es un cantante de rock frustrado, "como todos los actores".

"55 oscars no se equiparan a la felicidad de tus hijos"

Bardem lleva tiempo adentrándose en el cine infantil, hace tiempo con Lilo, mi amigo el cocodrilo y ahora con La sirenita. Una faceta que le acerca también a sus hijos y que les hace comprender mejor la profesión de sus padres. "Ya me pueden titar 55 oscars a la cabeza que no hay nada que se pueda equiparar al hecho de dar felicidad a tus hijos. A emocionarles, a hacerles reír, a crear un pequeñito poso de reflexión sobre la inclusión o sobre el amor de padres y a hijos, como en La sirenita.

La nueva versión del clásico animado de Disney en la que participa Bardem trata de actualizar el cuento de Hans Christian Andersen presentando a Ariel como una joven sirena con sed de aventura e incomprendida por su padre, que hace lo posible por retenerla en el mundo submarino. Está dirigida por Rob Marshall y combina imagen real con la animación. Bardem interpreta un padre exigente e inflexible que no quiere que su hija menor tenga ningún contacto con el mundo de los humanos.

En la presentación de la película en Madrid hace unos días los fotógrafos que buscaban retratar al actor han pedido que posase con "un gesto de rey". Ante estas palabras, Bardem ha asegurado que eso "solo en las películas", aunque ha querido rematar la broma y exclamar "¡Viva la República!".