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La preocupación de uno de los psiquiatras más reconocidos por los derechos LGTBI

Jack Drescher alerta en la SER del peligro que supone la ola de ultraderecha para homosexuales, bisexuales o transexuales

Tanya Walker, veterana del Ejército de Estados Unidos y activista trans, en una protesta contra Trump en Times Square / Spencer Platt

"Estamos viendo que en países que, como Hungría, pasan de una democracia plena a gobiernos más autoritarios se incrementa la oposición a los derechos de los homosexuales. Pero en todo caso, el movimiento resistió el primer mandato de Trump y resistirá el segundo si es que llega". Jack Drescher es uno de los psiquiatras especialistas en sexualidad más reconocidos en el mundo, miembro de la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos, organización que hace justo medio siglo determinó que la homosexualidad no era una enfermedad. Un paso que para Drescher es uno de los avances más relevantes de la psiquiatría moderna: "eliminar la homosexualidad de los manuales de diagnóstico psiquiátrico cambió el mundo", concluye.

"El primer logro es que los debates sobre la homosexualidad pasaron del campo médico al de la moral y la política. Las religiones, los gobiernos, los ejércitos, los medios de comunicación y las instituciones educativas se quedaron sin argumentos científicos para justificar la discriminación", explica Drescher sobre aquel documento de 1973.

"Si la homosexualidad ya no era considerada una enfermedad, y si uno no toma al pie de la letra las prohibiciones bíblicas, si los homosexuales son ciudadanos productivos como cualquier otro, ¿qué hay de malo en ser gay?. Y si no hay nada malo en ser gay, habrá que establecer principios morales y legales que faciliten a los homosexuales vivir sus vidas libremente", concluye.

No obstante, Drescher no oculta su preocupación por el auge de los discursos de odio de la extrema derecha que se van generalizando en los espacios públicos al tiempo que las formaciones ultras ocupan puestos en distintos gobiernos. "Los psiquiatras no somos buenos prediciendo el futuro, pero lo que sí observamos es que cuanta más democracia hay en un lugar, más se tiende a proteger los derechos de los homosexuales".

El reconocido psiquiatra pone además como ejemplo a España y a la legislación contra la discriminación que se ha ido aprobando a lo largo de este siglo. "Sé que España aprobó el matrimonio homosexual pronto, fue uno de los primeros países del mundo en hacerlo. Así que desde la distancia puedo decir que las cosas pintan mejor en España que en otras partes del mundo".

Vista de Stonewall en Nueva York

Vista de Stonewall en Nueva York / Spencer Platt

El camino a la libertad

En 1952, la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos aún consideraba a la homosexualidad un "trastorno mental" y en 1968 la clasificó como una "desviación sexual".

El año siguiente fue crítico para el cambio de paradigma. 1969 fue el año de Stonewall, el año en que se produjeron revueltas contra una redada policial en esa establecimiento al que acudían homosexuales en Nueva York. La violencia policial, que llegó a sitiar el club, derivó en una serie de protestas por parte del movimiento gay que desembocaron en la convocatoria del primer desfile del Orgullo Gay en 1970. Ese mismo año exigieron a la APA que reconsiderara su calificación, y después de tres años de paneles y debates lograron que la homosexualidad dejara de ser considerada una enfermedad.

El reconocimiento internacional tuvo aún que esperar más, hasta el año 1990, y a día de hoy todavía hay 11 países en el mundo donde se castiga con la pena de muerte y 69 en total donde la homosexualidad no es legal.

Reportaje EP28 | Stonewall, donde nació el orgullo

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...