"Ha alegado mala fe": Brad Pitt, Angelina Jolie y el tormentoso final del vino rosado más famoso del mundo

Con su característico color rosa pálido (tanto que es casi transparente), Miraval no solo se ha convertido en el rosado más famoso de la Provenza francesa. ¡Ya es el rosado más famoso del mundo! Pero, aunque su éxito comercial es indudable (50 millones de euros de beneficio cada año), lo cierto es que no le debe esa fama a los premios o a las ventas, sino a quiénes son (o fueron) sus dueños: Brad Pitt y Angelina Jolie. «El rosado provenzal se ha puesto de moda entre los consumidores no iniciados», asegura el crítico y divulgador Santi Rivas, autor de Deja todo o deja el vino, en su última sección del programa Gastro SER. «A los que estamos en el consumo iniciado nos da igual el color, pero para la gente, por decisión de los productores o por lo que sea, se ha convertido en el vino perfecto para compartir en una terraza». La primera cosecha de Miraval, elaborado con un coupage de uvas cinsault, garnacha, syrah y rolle, y con su característica botella «tipo botijo», salió al mercado en 2013 por algo menos de 20 euros y, una década después, a pesar de su fama, mantiene ese mismo precio. Además, no es difícil conseguirlo en tiendas especializadas o en la sección Gourmet Experience de El Corte Inglés, por ejemplo. «No es un vino de jiji-jaja», señala Santi Rivas«. »Tiene complejidad y algo de madera. No es tan chorra como podría parecer por sus dueños. Château Miraval es una bodega con 400 hectáreas de viñedos adosada a una mansión de 35 habitaciones, situada a 100 kilómetros de Niza, que Brad Pitt le compró al ingeniero especializado en submarinos nucleares Tom Bove, en 2008. Según ha publicado Vanity Fair, Brad Pitt le confesó a Bove que se trataba del primer lugar que visitaban en el que Angelina Jolie sonreía. Fue allí, de hecho, donde la pareja celebró su boda, en 2014. «Brad Pitt compró la propiedad y le regaló la mitad a Angelina Jolie en un cumpleaños», explica Santi Rivas. «He estado mirando qué se regalaban y lo de una bodega-viñedo de la hostia es lo de menos. ¡También se han regalado helicópteros o o islas con forma de corazón. Supongo que Angelina Jolie abriría Google Earth y para buscar cosas con esa silueta»... El crítico de vinos explica que la vinculación de Brad Pitt con el proyecto, para el que también contrató como consultor a Marc Perrin, responsable del afamado Beaucastel Chateauneuf-du-Pape 1990, era total: «Yo creo que, desde que lo tiene, incluso más que con el cine. Pero en 2016 ocurre algo que aún está por esclarecer en un avión que iba de Niza a Los Ángeles, y ese algo desencadena la separación y la tormenta». Santi Rivas, que ha estudiado el caso a fondo, detalla que el matrimonio entre Brad Pitt y Angelina Jolie se rige por la regulación de EEUU y que, en este caso, aplica la el llamado ATRO (Automatic Temporary Restraining Order), un mecanismo de protección de los bienes que congela cualquier movimiento hasta que se audite y se liquide definitivamente el divorcio. «Mientras tanto puedes vivir de ello, pero no venderlo», añade. En este caso, sin embargo, Angelina Jolie ha conseguido que el juez autorice la venta de su parte, amparándose en el hecho de que la actriz ya declaró en 2013 que no quería estar vinculada a un negocio del sector de las bebidas alcohólicas, por lo que se abstuvo de cualquier decisión empresarial. «En 2016 se separan y ha trascendido que Angelina ha alegado objeción de conciencia por el tema del alcohol, vendiéndole su mitad (a finales de 2022) a una empresa que produce y distribuye bebidas alcohólicas». La empresa elegida (Tenute del Mondo, propiedad del Grupo Stoli), de todas formas, no es una empresa cualquiera, sino «una de las mayores competidoras de Brad Pitt». Según Santi Rivas, además, Stoli pertenece al oligarca ruso Yuri Shefler. «Ese componente es brutal porque se le relaciona con el entorno de Putin. Lo último que ha dicho Brad Pitt, de hecho, es que Angelina Jolie es amiga de Putin. ¡Tremendo!». El proceso aún no ha terminado, pero Santi Rivas señala que Brad Pitt ha alegado «competencia desleal y mala fe». Según una reciente publicación de Vanity Fair, además, la expareja estuvo a punto de llegar a un acuerdo sobre Château Miraval en 2021, pero al final no se formalizó. El motivo varía en función de las fuentes. Los abogados de él lo achacan al hecho de que quisiera incluir una cláusula de confidencialidad sobre lo acontecido en el avión. Los de ella, en cambio, aluden a la arrogancia de las cláusulas de última hora que el protagonista de Érase una vez en Hollywood quiso introducir.

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El divorcio de la pareja más mediática de Hollywood también afecta a la bodega provenzana Château Miraval

Carlos G. Cano

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