El desprecio de Feijóo a sus electores, al resto de ciudadanos y a la democracia

Pues al final no hubo sorpresa y Alberto Núñez Feijóo fue el gran ausente del debate a cuatro, que quedaron en tres, ayer en la radiotelevisión pública. A lo largo de la mañana se pensó en la posibilidad de un cambio de idea, Feijóo había vaciado su agenda y no se le esperaba en ninguna parte, pero todo resultó ser una lumbalgia y una entrevista por la mañana en La Sexta. Así que Feijóo optó ayer por hurtar a los electores la posibilidad de conocer cuál es su proyecto, pero sobre todo, la posibilidad de contrastarlo con el resto, en un claro desprecio, primero, a sus electores, pero también al resto de ciudadanos y a la democracia, que tiene sus herramientas, como los debates electorales, para que se puedan conocer los diferentes modelos de país que defienden cada uno de los candidatos a unas elecciones.

Pero es que hay más, su ausencia en el debate evidenció que a un lado, a la izquierda, hay un modelo de coalición basado en la gestión, basado en lo hecho, basado en propuestas, escenificando solvencia y complicidad, presentándose como los representantes de una coalición eficaz y señalando a Abascal como el subalterno del bloque que Vox forma con el PP. Y al otro lado, a la derecha, un modelo de coalición, porque la coalición es innegable, solo hace falta que se den una vuelta por el mapa político de España, con un socio que quiere esconderla, que no se atreve a comparecer con su aliado, y otro socio que es la viva imagen de la incapacidad y de la insolvencia, y dispuesto a impugnar todos los consensos alcanzados en este país. Si vieron ayer el debate, imaginen por un momento a Abascal como vicepresidente del Gobierno.

Por lo demás, el debate no tuvo la bronca ni la intensidad del cara a cara entre Sánchez y Feijóo, pero era la última oportunidad para que confrontaran los principales candidatos antes de las elecciones del domingo. Ausente Feijóo, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz aprovecharon el debate de anoche en la televisión pública para mostrar unidad, pera la imagen más llamativa fue la que no se produjo: ese vacío que dejó Núñez Feijóo, vacío que ocupó hábilmente Abascal, que se convirtió anoche en el único portavoz de la coalición de la derecha con la ultraderecha.

"Imaginen por un momento a Abascal como vicepresidente"

En el PSOE confían en que este debate anime a los electores. Díaz buscó la confrontación directa con Abascal, con el que pugna por la tercera posición y al que llegó a descolocar con datos. En Vox creen que fue un dos contra uno donde su candidato se presentó como el único que se enfrenta de verdad al Gobierno, pese a que evitó criticar a Feijóo. Y en el PP intentan hacer como que no ha pasado nada, rebajando al máximo la influencia que esto pueda tener entre los indecisos. Pero sí que ha pasado y lo que ha pasado es que alguien que aspira a ser presidente del Gobierno se ausentó del debate sobre el futuro de este país y de sus ciudadanos, no parece esta la mejor carta de presentación.