Arlo Parks: la nueva estrella (melancólica) de la música británica

Madrid

El fenómeno Arlo Parks se ha ido fraguando poco a poco, canción a canción, durante años. Pero, con la publicación de su primer disco, Collapsed In Sunbeams, su talento dejó de ser un secreto a voces por la vía más directa y prestigiosa posible: el Mercury Prize al mejor disco británico del año.

Para hacernos una idea de lo que supune que una artista debutante haya logrado llevarse el premio a casa a la primera basta con mencionar a quien lo ganó antes que ella —PJ Harvey, Fanz Ferdinand, The xx, Pulp, Antony and the Johnsons, Arctic Monkeys, Alt-J o James Blake— y, sobre todo, a quienes han estado nominados, pero aún no lo han conseguido: Blur, Oasis, Radiohead, Adele, Coldplay, Amy Winehouse...

La belleza y la creatividad con la que mezcla el pop y el soul ha dado ya muchos frutos y su segundo disco, My Soft Machine, no ha decepcionado. Entre las 14 canciones del álbum brillan especialmente Impurities, Devotion, Blades, Weightless o Pegasus, en la que canta junto a su amiga Phoebe Bridgers. Temas que presentó en la última edición del festival Primavera Sound, donde tamibén le concedió una entrevista en exclusiva a Fuego y Chinchetas.

¿Qué es My Soft Machine? ¿Por qué has llamado al disco así?

Creo que, para mí, My soft machine (la máquina suave) es mi propio cuerpo, y quería que este álbum reflejara cómo veo el mundo, con mis ojos, mi corazón, mi alma... Las cosas que me afectan y que llevo conmigo. Eso es lo que significa.

¿Has cruzado el charco, no?

Sí, me he mudado a Los Ángeles. Me fui para la grabación del disco, a principios de año, en enero y febrero. Sentía mucha curiosidad y aprendí a conducir y, poco a poco, empecé a hacer amigos y me dije: ¿por qué no? Necesitaba una nueva aventura porque siempre he vivido en Londres. ¡21 años! Pensé que era el momento y, claro, el sol, la energía... Al estar trabajando en un nuevo disco, además, quería que todo sonara fresco, distinto, y para eso tenía que construir un entorno, conocer gente nueva.

Se suele decir que el segundo disco es más difícil que el primero...

No lo creo, la verdad. He llegado a este punto con más seguridad en mí misma porque se trata de algo que ya había hecho antes. Quería seguir haciendo música, que es lo que he hecho siempre. Me enfrenté a una hoja en blanco, empecé a probar cosas en el estudio, a ver qué pasaba... y, simplemente, fue saliendo el disco.

¿Qué has escuchado últimamente?

¡Oh! ¡Guau! ¿En el último año? [risas] He estado escuchando My Bloody Valentine, sobre todo el disco M B V. Me encanta esa sensación de ruido y de caos, especialmente cuando vas conduciendo por California muy deprisa. En esos momentos me pongo My Bloody Valentine a tope y me encanta. Joni Mitchell, lo nuevo de Tyler The Creator... ¡Siempre escucho un montón de cosas! De hecho, siempre me pongo NTS Radio, que es una emisora en la que ponen canciones elegidas por otros artistas, expertos y periodistas. ¡Ahí es donde descubro cosas!

Mucha gente te ve como un referente para la Generación Z. ¿Cómo se lleva eso?

Es un poco raro porque sí, formo parte de la generación Z, pero nunca pienso en ello. Creo que lo que escribo tiene que ver con el hecho de ser joven: la salud mental, las conexiones, todo lo que vivimos... A mí me gusta mucho Tylor The Creator o Future Crew, y cuando tenía 15 o 16 años escuchaba a artistas que hacían cosas muy inspiradoras, como Frank Ocean o King Krule. Gente que hacía música sin muchos recursos. Eso es lo que me inspiraba...

Parece que está medio olvidada porque no ha entrado en ninguno de tus discos, pero tienes una canción preciosa que se llama Super Sad Generation. De hecho, para Fuego y Chinchetas fue la décima mejor canción internacional de 2019...

La escribí hace muchos años y, de hecho, hay dos versiones. Una la hice con 15 o 16, hará 7 años. Y luego hice otra, que es la que saqué como single. Pero es una canción que habla de lo que tenía a mi alrededor: mis amigos, las vacaciones de verano, estar en el parque, las primeras rupturas, beber demasiado vino, hacer travesuras de adolescente en la ciudad, no sentirte parte de esa comunidad, creerte un poco perdida... En definitiva, intentar encontrar tu propio camino.

Pero, ¿dirías que tu generación es una generación supertriste?

Bueno, no sé. Creo que en realidad habla de un momento muy concreto de mi vida. Todo el mundo estaba melancólico, nos recreábamos en el drama, escuchábamos My Chemical Romance... Estábamos en nuestra etapa EMO. Pero creo que la música melancólica es algo que forma parte mí y que siempre me va a gustar.

Hace poco dijiste en Instagram que, en el fondo, no eres más que una estudiante...

¡Sí, sí, totalmente! Eso soy cada mañana. Incluso en el estudio intento rodearme de gente de la que aprendo. ¡Quiero que me enseñen! Cómo se acercan a esos acordes, cómo escriben ese verso, cómo graban ese sonido... ¡Me encanta aprender!

Pero en el disco colaboras con Phoebe Bridgers, que está atravesando un gran momento: boygenius, colaboración con The National... ¿Cómo os conocisteis? ¿Quién llamó a quién?

¿Quién llamó a quién? Bueno, nos conocimos hace tres años, porque ambas habíamos llegado al trabajo de la otra y decidimos cantar juntas una versión de Fake Plastic Trees, de Radiohead, y también una canción que se llama Kyoto y que forma parte de su disco Punisher. Empezamos a encontrarnos en festivales y en Los Ángeles, ¡y nos hicimos amigas! Y bueno, le escribí un mensaje, le dije que había compuesto una canción que habla del primer amor, le pregunté si quería aparecer en ella... y ya está, ¡así de sencillo!

¡Eres muy fan de Radiohead! También publicaste una versión de Creep... ¿Has podido hablar con ellos?

He hecho dos entrevistas por Zoom con ellos. Una con Phil Selway y otra con Ed O'Brien. ¡Estaba supernerviosa! ¡Pero fue fantástico! In Rainbows es mi disco favorito de todos los tiempos y hace poco vi un concierto de The Smile en Dinamarca y fue una maravilla. Para mí, Thom Yorke es el mejor.

¿Qué opinas de Rosalía?

Aún no nos conocemos, pero vi su concierto en el Primavera de Barcelona y fue increíble. Era la primera vez que la veía, fue muy especial compartir ese momento con decenas de miles de personas. Tenemos estilos muy diferentes, pero creo que ella también se inspira en cosas muy distintas. Tenemos eso en común.

¿Te gusta España?

Sí, he venido muchas veces. He estado un montón en Barcelona, tres veces en Madrid... También un par de veces en San Sebastián con mi familia. Incluso estuve de intercambio en Salamanca para aprender español cuando era más joven. He estado muchas veces y me encanta. El castellano lo entiendo más a menos, pero ¡no me pongas a prueba! También me gusta mucho la comida, el carácter de la gente... y el concierto que di en Barcelona es mi favorito de todos los que he dado. ¡El público estaba tan metido! Fue increíble. Sí, me encanta España.

¿Cuál es tu principal objetivo al escribir canciones?

¿Mi objetivo? No sé, creo que ser honesta y conectar con la gente, sabiendo que eso es algo que va cambiando y evolucionando, y que no voy a gustarle a todo el mundo. Pero quiero que lo haga sea honesto, sí.