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Sociedad | Actualidad

Olas de calor más largas y más intensas: así influye en la tierra el calentamiento de los mares

Un experto advierte de las consecuencias del calentamiento de los mares y océanos y asegura que es fundamental reducir la dependencia de los combustibles fósiles

"Cuando se calientan los océanos, dura más el calentamiento y acaba influyendo en los eventos extremos de temperaturas"

Madrid

Julio ha sido el mes más caluroso desde que se tienen registros. Según la Organización Meteorológica Mundial, el sur de Europa y Estados Unidos han soportado temperaturas sofocantes e incendios, además un deterioro de la calidad del aire. No solo se han batido récords en tierra, también bajo el agua. Y es que ha aumentado la temperatura de mares y océanos.

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Lo que está ocurriendo es que bajo el mar también hay una ola de calor. Las temperaturas globales de la superficie del océano este verano han sido las más elevadas desde que se tienen registros. Una de las zonas más afectadas es Florida, donde una boya en la bahía de Manatee ha superado esta semana la temperatura de un yacuzzi casi 38 grados. Los científicos estadounidenses han observado este verano un blanqueamiento e incluso la muerte de algunos de los arrecifes más resistentes de los cayos de Florida, donde viven millones de algas y otros organismos diminutos que son fundamentales para la biodiversidad marina. El blanqueamiento es básicamente que los corales expulsan algas y pierden su color.

Le sigue el Mar Caribe con temperaturas de 32 grados porque allí colisionan los ciclos climáticos y el fenómeno del niño, el calentamiento del Océano Pacífico Occidental. En junio se registró una ola de calor marítima importantísima en la costa oeste de Estados Unidos, que también afecta a las aguas de Canadá y que ha llegado además a países de aguas frías, como Irlanda, Reino Unido, el mar Báltico e incluso cerca de Australia y Nueva Zelanda.

¿Cómo está el calentamiento de las aguas en España?

En España, el Mercator Ocean International indica que este calor en el agua se está intensificando también en el Estrecho de Gibraltar y en el Mediterráneo, especialmente en Baleares, porque allí las aguas superan por más de medio grado la temperatura media del Mediterráneo y más concretamente, la alerta está este verano en la isla de Mallorca. Allí, el Parque Nacional Marítimo de Cabrera supera tres grados su promedio habitual.

Las consecuencias de esta alteración de las temperaturas son muy graves. Tiene que ver con el cambio climático y del calentamiento global y en gran medida habamos del mar, porque casi el 90% de ese exceso de calor que genera la crisis climática se almacena precisamente en el océano. Según el último panel para el cambio climático, el de 2021, las olas de calor marinas han duplicado su frecuencia desde los años 80 y se han vuelto más intensas y más largas.

Los que más sufren estas consecuencias son los pescadores, sobre todo por la alteración del ecosistema, que castiga a las economías pesqueras regionales que no pueden viajar más lejos para conseguir su producto. Dicen los pescadores que las capturas han vuelto mucho más lentas en los últimos cinco años. Esto está directamente relacionado con las especies, las otras grandes perjudicadas. Con este calor la vegetación marina no florece cuando debe y rompe la cadena alimenticia. Además, las altas temperaturas en la superficie pueden dar lugar a huracanes y la calidez del Atlántico Norte es el factor más importante detrás del ciclo de sequías y lluvias copiosas en África Occidental. Según los expertos, este recalentamiento de los océanos es imparable si no dejamos de bombear CO2.

Olas de calor más intensas desde los años 80

Además, los océanos son un regulador del clima clave para la vida en nuestro planeta, ya que absorben el calor y producen la mitad del oxígeno de la Tierra. El 1 de agosto, la temperatura media global de la superficie del mar superó los 20,9 grados centígrados, según los últimos datos del sistema espacial europeo Copernicus. Esto significa que el mar acaba de alcanzar su temperatura más alta jamás registrada y debido al cambio climático provocado por los seres humanos.

Este nuevo récord histórico se registra después de varias olas de calor marinas que han afectado al Mediterráneo, el Atlántico Norte y el Golfo de México. De hecho, las olas de calor marinas han duplicado su frecuencia entre 1982 y 2016, y se han vuelto más intensas y prolongadas desde la década de 1980, según el último informe del IPCC, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático.

La concentración de CO2, principal causa del calentamiento

En este sentido, el presidente de la Asociación Meteorológica Española, Ernesto Rodríguez, señala que el calentamiento global que está sufriendo todo el plantea, también se está evidenciando en los mares, se está calentando el aire y se refleja en la subida de las temperaturas. "Se están fundiendo los hielos. Son diferentes aspectos del calentamiento global que estamos teniendo y siendo la causa última, pues el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera", explica.

Rodríguez, que ha participado en el último informe de la ONU sobre cambio climática, señala que el aumento de la temperatura en los océanos es una de las causas más directas de las olas de calor intensísima que estamos teniendo en verano. "Son diferentes manifestaciones del mismo calentamiento y están relacionados, más que que, uno sea causa de otro. Los mares en general tienen más inercia a cambiar la temperatura porque tienen más capacidad calorífica y normalmente los mares tardan más los océanos en calentarse, pero cuando se calientan dura más este calentamiento y acaba influyendo en la atmósfera y en los eventos extremos de temperaturas", expone.

"Tenemos que reducir nuestra dependencia de todos estos combustibles fósiles"

Para frenar la situación, el experto indica que es necesario atacar las causas. "Las causas últimas es la mayor concentración de gases de efecto invernadero como el CO2, y esa mayor concentración tiene que ver con nuestro consumo de combustibles fósiles. Los estamos consumiendo para todo. El carbón, el gas natural, el petróleo y derivados del petróleo, los consumimos para todo. Nuestra civilización tiene una voracidad para combustibles fósiles tremenda. Entonces tendríamos que reducir eso y transicionar a un tipo de sociedad en el que la dependencia de combustibles fósiles fuese idealmente nula o, desde luego, mucho más pequeña", advierte.

"Por ejemplo, los combustibles fósiles se usan para luz, los plásticos para generar plásticos. Si miramos a nuestro alrededor, hay plásticos por todas partes. Se usa sobre todo el gas natural para producir fertilizantes que, por otra parte, nos permiten tener unas cosechas que hace unos cuantos decenios eran insospechados. Tenemos que reducir nuestra dependencia de todos estos combustibles fósiles", alega.

Además, indica que las olas de calor marítimas pueden ayudar a entender cómo va a evolucionar el cambio climático en las próximas décadas. "Se sabe que, asociado a este cambio climático, aparecen episodios de calentamiento en el mar y también en la tierra, olas de calor que estamos sufriendo. El cambio climático lleva asociados estos episodios cada vez con más frecuencia. Algún episodio de ola de calor marino era una cosa muy rara que se veía cada muchos años, igual que las olas de calor sobre tierra. Pero ahora la frecuencia está aumentando y eso es consecuencia del funcionamiento del sistema climático y del cambio climático en el que estamos inmerso, causado por, como digo, está el consumo masivo de combustibles fósiles", concluye.

La consecuencias del aumento de la temperatura en el mar