El president de la Generalitat de Cataluña y actual coordinador de ERC, Pere Aragonès, ha dado este martes una rueda de prensa tras reunirse con el jefe de Gobierno de Andorra, Xavier Espot, en la que ha valorado las exigencias que el expresident Carles Puigdemont, de Junts per Catalunya, ha avanzado esta mañana para abrirse a apoyar una investidura de Pedro Sánchez. Aragonès ha celebrado la «coincidencia» con el expresidente catalán y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, en el objetivo de avanzar hacia la amnistía y el referéndum. «Hay una coincidencia en los objetivos y en el método, en la herramienta, que es la negociación», ha destacado Aragonès. En este sentido, el president ha remarcado que desde ERC llevan ya dos años apostando por el diálogo para avanzar en sus objetivos y por eso le pide a Junts unir fuerzas para conseguir esos fines comunes entre ambas formaciones. Puigdemont comparecía este martes por la mañana, justo un día después de reunirse con la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, y su equipo en Bruselas. El también eurodiputado de Junts ha dibujado el marco necesario para empezar a negociar «un acuerdo histórico» con el PP o el PSOE para una posible investidura, sabiendo que su apoyo es esencial para desbloquear un Gobierno nacional. «Hoy España tiene un problema: o repite elecciones con el riesgo de que los equilibrios políticos sean parecidos o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer los derechos del pueblo catalán», ha dicho. Durante su discurso, el expresident ha destacado en varias ocasiones que durante estos seis años, desde que se produjo el referéndum ilegal del 1-O en 2017, «se han descuidado o se ha considerado innecesaria» una negociación entre ambas partes, algo que ahora añade «una enorme dificultad» a las conversaciones, a su juicio. En este marco, ha aventurado que estarán dispuestos a comenzar a negociar si se crean «las condiciones necesarias», entre las que se encuentran la aprobación de una ley de Amnistía y la desjudicialización del procés, respetar la legitimidad del independentismo o fijar como límites los tratados internacionales que hacen referencia a los Derechos Humanos. El referéndum como tal no es una exigencia que haya estado a priori, pero sí en el horizonte. «Ninguna de estas referencias son contrarias a la Constitución», ha detallado para luego añadir que fuera de ellas está el asunto clave, como es lograr la república catalana. «La amnistía no resolverá el problema de fondo: solo un referéndum acordado podría sustituir el mandato político del 1-O». En ningún momento ha fijado fechas o plazos a una consulta sobre la independencia de Cataluña, pero ha asegurado que sí existen «mecanismos perfectamente constitucionales» para que los catalanes puedan «votar», pero que lo que no hay, a su juicio, es «voluntad política para asumirlo».