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"Las mujeres vamos más tarde al médico por nuestro rol social": cómo afecta la sanidad sin perspectiva de género a la salud femenina

Estas desigualdades se van acumulando y pueden generar desconocimiento a la hora de tratar a las pacientes. Por ejemplo, los síntomas del infarto no son lo mismo en hombres que en mujeres

Mujer sentada en la camilla de un hospital. Imagen de recurso. / Portra Images

Oporto

La sanidad sigue sin tener perspectiva de género. Es la conclusión principal del curso sobre "Desigualdad de género y salud" que la epidemióloga, Elisa Chilet, ha impartido en la Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), que se está celebrando en Oporto. "Hombres y mujeres accedemos de manera diferente al sistema de salud y el sistema de salud también responde de manera diferente, ya que el conocimiento que se aplica en la práctica clínica parte de una investigación que ha priorizado el conocimiento sobre la salud de los hombres y ha perpetuado estereotipos de género".

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"Las mujeres vivimos más, pero vivimos peor porque vamos acumulando desigualdades de género". En el curso parten de la evidencia de que la investigación se ha centrado en la salud del hombre: "Ese ha sido el patrón y no se ha prestado atención a las diferencias de salud con las mujeres". El caso más claro es el del infarto. "Todos pensamos en un hombre que se lleva la mano al pecho por un dolor que irradia hacia el brazo izquierdo... Pero las mujeres presentamos, además, otros síntomas como: palpitaciones, dolor epigástrico o mandibular que, muchas veces, se confunden con ansiedad, por el mantra de que somos más emotivas, y se tarda más en diagnosticar el infarto.

Diagnóstico tardío en 770 patologías

Un estudio de 2019, que se publicó en Nature Communication, hizo un seguimiento durante 20 años de la población de Dinamarca y concluyó que el retraso diagnóstico, que ya se había descrito en el infarto, se producía también en el análisis de 770 patologías. "Hay una media 4 años de retraso en el diagnóstico en el caso de las mujeres. En el estudio no llegan a explicar el motivo, pero dicen que puede ser por cuestiones biológicas, genéticas o diferencias en cuanto al diagnóstico porque se usa como base al hombre".

"También está comprobado que las mujeres vamos más tarde al médico, no porque aguantemos más el dolor, sino por nuestro rol social. Las mujeres nos dedicamos a cuidar de otros y retrasamos lo que nos afecta personalmente. En el caso del infarto, además, es que no se reconocen los síntomas. Es decir, las mujeres llegan más tarde porque, por un lado, no reconocen los síntomas femeninos del infarto y por otro, porque antes de ocuparse de ellas terminan de realizar todas las tareas de cuidado. Solo cuando las acaban dicen: ahora voy al médico porque no puedo más".

Otro problema añadido es la diferencia en el 'esfuerzo diagnóstico' por parte de los profesionales. "Hay estudios que demuestran que cuando una mujer va al médico porque siente dolor, los profesionales, por estereotipos de género, tienden a pensar que la queja es exagerada y le dan un tratamiento sintomático. En cambio, en el caso de los hombres se toman más en serio la queja y, aparte del tratamiento, encargan pruebas diagnósticas para encontrar las causas de ese dolor".

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