"Nos terminarán haciendo la tortilla con ajo y garbanzos; y le enviaremos la primera a Victoria Beckham"

Madrid

Fui jurado durante varios cursos de un concurso de tortilla de patatas y efectivamente, allí se recibió mucha cebolla. He recordado una frase gloriosa de Lorenzo Díaz, el mítico Llorens, que dice "la cocina española siempre vuelve al lugar del crimen, que es el garbanzo". He recordado también con esta encuesta a mi paisano Julio Camba, que dijo "la cocina española está llena de ajo y de preocupaciones religiosas". Y después del garbanzo y del ajo omnipresentes, he pensado en la cebolla. Yo creo que la cebolla todavía está buscando su sitio en la cocina española y que al estar en todas partes, todavía no se ha adscrito a ninguno en particular.

La tortilla, desde luego, es buena casa, pero no es la casa definitiva. Prueba de ello es que la mejor tortilla de patata de España, aquí me meto en charquito, es la tortilla de Betanzos y la tiene prohibida por ley la cebolla. A mí no me disgusta, pero es cierto que yo estoy en una edad en la que ya no me disgusta casi nada. Bien es verdad que yo soy cebolla de oro. Hace casi 20 años, tuve el mayor reconocimiento que se puede tener en Sanxenxo, mi pueblo. Me dieron la 'Ceboula de oro' en Feira da Ceboula. Una feria multitudinaria en la que todos los agricultores bajan y muestran su producto. En fin, no voy a decir aquí nada en contra de la cebolla o me echan del pueblo, pero francamente, la tortilla de patatas puede ser buena tortilla prescindiendo de la cebolla, y estoy seguro de que pronto nos querrán convencer de que incluso puede ser buena sin patatas. Y nos la terminarán haciendo con ajo y con garbanzos. Y le enviaremos la primera, por favor, a nuestra querida Victoria Beckham.