La justicia del Reino Unido ha rechazado la demanda de Corinna Larsen y da la razón al rey emérito, de 85 años. Considera que el país no tiene jurisdicción para llevar el caso. Desestima así una demanda por valor de 126 millones de libras (154 millones de dólares) presentada por su expareja, quien lo acusa de una campaña de acoso después de que ella se negó a devolverle millones de euros. Una decisión con la que el exmonarca se ha mostrado «muy satisfecho». Corinna Larsen alega que Juan Carlos orquestó amenazas, vigilancia e intimidación desde 2012. «Mi conclusión principal es que el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales carece de competencia para conocer de esta reclamación. Esto se debe a que no se ha interpuesto contra el demandado en su país de domicilio, como es su derecho por defecto; y la demandante no me ha convencido de que tenga argumentos sólidos y defendibles de que su reclamo cae dentro de una excepción a esa regla predeterminada», ha señalado la juez Collins Rice. En la resolución, la juez ha indicado que tampoco está convencida de que el demandado se haya sometido, o deba considerarse que se ha sometido, a la jurisdicción del Tribunal Superior por su propia conducción de este litigio hasta el momento. La decisión se ha dado a conocer este viernes después de que el pasado julio el tribunal escuchara las alegaciones de la defensa de Juan Carlos I, a cargo del bufete británico Velitor Law. El equipo jurídico del rey emérito solicitó entonces que se desestimara la demanda de Larsen al considerar que los tribunales de Reino Unido no eran los competentes para conocer de esta demanda. La defensa se basó en el artículo 4 de la regulación de la UE sobre jurisdicción, el cual establece que las personas domiciliadas en un Estado miembro, independientemente de su nacionalidad, deben ser demandadas ante los tribunales de ese país. Los abogados expusieron en su escrito, al que tuvo acceso Europa Press, que dicha regulación comunitaria operaba en este caso concreto porque se inició antes de que acabara el periodo de transición para el Brexit, fijado hasta el 31 de diciembre de 2020. Así, insistieron en que los tribunales españoles eran los competentes para ocuparse de la demanda de Larsen. A ello, añadieron que «la cuestión clave» era si, en relación con los supuestos actos de acoso, Reino Unido era el lugar donde se produjo el presunto «evento dañino» o el «daño directo», algo que, según apuntaron, los abogados de Larsen no habían demostrado. Otro de los argumentos esgrimidos por la defensa fue «la evidente falta de credibilidad de la demandante». A este respecto, pusieron de relieve que Larsen había solicitado permiso para hacer una nueva modificación a su demanda original. «Como sus predecesoras, es incoherente, internamente contradictoria y manifiestamente mala en términos legales», apuntó la defensa del rey emérito. En este punto, negó la existencia de «una pauta de conducta» de acoso atribuible al antiguo monarca, reprochando a Larsen que se limitase a relatar «varios incidentes» que, a juicio de la defensa, son altamente diferentes en cuanto a su naturaleza, tienen lugar de forma esporádica a lo largo de varios años y fueron llevados a cabo por distintas personas (no siempre el demandando) contra diversos objetivos (no siempre la demandada). Además, subrayó que las afirmaciones de Larsen -que Juan Carlos I «niega enfáticamente»- no solo son «falsas» sino también «inconsistentes con las declaraciones públicas hechas por ella» antes de que iniciara el litigio. De hecho, recordó que, tras la abdicación de Juan Carlos I, el 14 de junio de 2014, Larsen «emitió un comunicado de afecto» donde le describe como «un hombre de una profunda humanidad y valentía, un leal y siempre atento amigo», además de un «gigante de la Historia». Por otro lado, la defensa mostró su malestar por el hecho de que «las acusaciones implican un presunto abuso de poder inconsistente con el importante papel del demandado en la Transición de España hacia una exitosa democracia parlamentaria, y con su largo periodo de servicio como soberano». La empresaria danesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein ha dicho viernes que está «profundamente decepcionada» después de que el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales haya rechazado su demanda. En un comunicado, lamenta que «las víctimas de acoso a menudo tienen que luchar para hallar justicia» en el sistema legal y mantiene que el antiguo jefe del Estado español ha «desplegado todo su arsenal» para destruirla. Por su parte, el rey Juan Carlos se ha mostrado «muy satisfecho» con el fallo. Según un comunicado, el rey emérito ha celebrado que los tribunales ingleses hayan «rechazado total y concluyentemente la demanda interpuesta» en su contra, «concluyendo que la demanda no tiene perspectivas reales de éxito y, por lo tanto, no puede ni procederá a juicio». Juan Carlos I ha hecho hincapié en que la juez Rowena Collins Rice calificó la reclamación de Larsen de «especulativa» y «extraña» en su sentencia, señalando que la demandante no había aportado pruebas suficientes para respaldar sus alegaciones, a pesar de haber iniciado el procedimiento judicial inglés contra Su Majestad casi hace tres años. «Su Majestad siempre ha considerado que la reclamación presentada por la demandante carece de sustancia o mérito. Su enfático rechazo de todas las acusaciones de acoso presentadas por el demandante también fue señalado por el Tribunal de Apelación en su sentencia de diciembre de 2022, y los tribunales ingleses ahora han desestimado y desestimado el reclamo en su totalidad», ha apuntado.