La presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol, ha confirmado la ansiada fecha para la investidura de Pedro Sánchez, a la espera de que se registre la ley de amnistía acordada entre el PSOE y sus socios independentistas catalanes, dando carpetazo al último gran escollo que le quedaba por delante a los socialistas para intentar formar un Gobierno. Armengol ha ratificado el miércoles 15 y el jueves 16 de noviembre para la celebración del debate y la votación de la investidura, las fechas que parecían más probables. «Después de hablar estos últimos días con el candidato que el rey nombró y habiéndome trasmitido que ya está en condiciones de poder ir al debate de investidura, he decidido convocar el debate de investidura para este miércoles y este jueves, los días 15 y 16 de noviembre», ha dicho la presidenta de la Cámara Baja. Sánchez necesita 176 votos a favor para ser elegido en la primera vuelta de las votaciones y, a día de hoy, cuenta con los apoyos de los 121 diputados del PSOE, los 31 de Sumar, los siete de ERC, los siete de Junts, los seis de EH Bildu, los cinco del PNV, el diputado de BNG y la diputada de Coalición Canaria. En total, 179 apoyos. PP, Vox y UPN suman 171 escaños. Pese a todo parece bien atado para que Sánchez sea investido presidente del Gobierno, en caso de no lograr el apoyo necesario en esa primera sesión, dos días después se celebraría una segunda en la que bastaría con obtener más síes que noes. En el caso de que Sánchez obtenga el apoyo del Congreso, la opción más probable, la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, procederá a informar al rey del sentido de la votación. Posteriormente, Pedro Sánchez sería nombrado presidente del Gobierno por Felipe VI y comenzaría el nuevo mandato. Centenares de miles de personas se han concentrado este domingo por toda España convocados por el PP en protesta por los pactos firmados por el PSOE para investir a Pedro Sánchez, movilizaciones en las que han asegurado que «España no se vende» y se ha pedido la prisión para Carles Puigdemont. Preguntada por esas manifestaciones, Armengol ha defendido «la libertad de los ciudadanos para expresar su opinión», al tiempo que ha cargado contra «algunas declaraciones de algunos líderes políticos instando a la crispación y a la división»: «Condeno tajantemente cualquier tipo de agresión, violencia o desacato como desgraciadamente también hemos vivido en estos días».