Menores y smartphones: "Si no se nos ocurre darle alcohol a un niño de 9 años, ¿por qué sí le regalamos un móvil?"
Varias asociaciones y plataformas españolas de crianza exigen un mayor compromiso a las familias con la educación digital de sus hijos y piden que se retrase la entrega del primer móvil a los 16 años
Adolescentes: ¿cuándo deberían tener su primer teléfono móvil?
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Madrid
La edad media en la que los menores reciben su primer móvil en España es a los 11 años, aunque algunos estudios estiman que uno de cada cinco menores de 10 ya tiene acceso a un smartphone. Una edad que ha comenzado a inquietar a muchas familias en España y que ha llevado a muchos padres a agruparse para pedir un retraso en la entrega del primer móvil. La falta de experiencia, sumada al escaso desarrollo cerebral a esas edades, preocupan en un nuevo mundo digital en el que el contenido explícito de carácter violento o sexual en muchas ocasiones adopta un primer plano. "Si no se nos ocurre darle alcohol a un niño de 9 años, ¿por qué sí le regalamos un móvil?", ha reflexionado la psicóloga Belén Robles.
El debate iniciado en un chat escolar en Poblenou, Barcelona, donde padres y madres exigen regular la exposición de sus hijos a las pantallas se ha extendido a otros puntos del país. Susana Heredia impulsora de 'Adolescencia libre de móvil en Navarra' insiste en la importancia de retrasar la entrega del primer smartphone a los 16 años. En ese tiempo de margen, considera que tener una guía es imprescindible: "Necesitan una educación digital y unas competencias sociales para que cuando se enfrenten a acoso o a contenidos explícitos de violencia o pornografía sepan protegerse y pedir ayuda", ha explicado en Código de Barras.
Sin móviles hasta los 16 años: las familias navarras alzan la voz
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Un teléfono con conexión a internet puede ser una herramienta de aprendizaje y de entretenimiento, pero también es una puerta abierta a todo un universo de contenidos para los que una mente en desarrollo puede no estar preparada. "Los 12 años todavía es muy pronto. Los niños acaban de salir del cole, todavía no tienen un criterio muy claro de lo que es peligroso en Internet. Tirando a los 14 o 15 ya se puede establecer, aunque depende mucho del nivel madurativo del menor", ha reflexionado Nerea Palomares, psicóloga y madre.
El miedo a que un menor navegue por internet sin ningún control y a una edad temprana tiene mucho que ver con los contenidos de carácter sexual a los que puede llegar a acceder. "La educación acerca de los peligros de la pornografía es muy importante", ha insistido Heredia. Algo en lo que está de acuerdo Maika Ávila, redactora en la web de la Cadena SER y autora del libro Conciliaqué: "El teléfono móvil es una prolongación de lo que significa estar en esta sociedad. Si en la vida real hay carencias, nos vamos a encontrar con dificultades añadidas cuando le demos un aparatito con un acceso al mundo. Si en los avances de la neurociencia nos dicen que en ese momento el cerebro está en desarrollo, habrá que reflexionar".
Este debate está suponiendo una revolución contra lo establecido estos últimos años, en los que las directrices no han estado claras. "Hay colegios que tienen las competencias para retirar los móviles de un niño en clase, y otras que no. Hay profesores que nos han contado que alguna familia les ha denunciado por retirar el móvil a sus hijos", ha denunciado Heredia. Pero el hecho de que este tema se haya puesto encima de la mesa, es algo que ya alegra a muchos padres, reconoce Ávila.
La parte prefrontal del cerebro, que es la que nos lleva al raciocinio y a tomar decisiones, está comprobado que tiene un mayor desarrollo a los 16 años, algo que confirma Marc Masip, psicólogo experto en adicción a nuevas tecnologías del Instituto Desconect@: "Es un uso antes de lo que su cerebro está preparado para tener y puede suponer una incapacidad para relacionarse en persona".
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La visión de los pequeños también es importante consultarla: "A mí, mis padres no me lo iban a dar hasta los 14, pero vieron que casi todo el mundo en mi curso lo tenía y lo usaban para quedar, y al final me lo terminaron dando a los 12. Cuando me lo dieron me sentí muy contenta porque mis padres confiaron en mí", ha contado Clara, una joven de 14 años, algo en lo que coincide Martina, de la misma edad: "Siempre se dice que los adolescentes estamos viciados y no tiene porqué ser así". Ángela, también del mismo año, es plenamente consciente de que el móvil también perjudica aspectos del día a día: "Yo cuando lo dejo, noto que estoy más cansada de lo normal, porque al final es algo que necesita de tu atención".
La clave, según Palomares, es firmar con los adolescentes un contrato: "Yo te doy un móvil, pero en ese momento firmamos un contrato de acceso, de uso, de control parental, de situaciones complejas, de límites, etc. Si aceptas los términos vas a tenerlo, si no, no". Algo sobre lo que Nuria García, psicóloga sanitaria especializada en educación infantil y miembro del gabinete de psicología infantil 'Ayudarte' en Gijón puntualiza: "Sí, pero el contrato debería ser bidireccional porque muchas veces nosotros mismos abusamos del móvil y somos el modelo para nuestros hijos".
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Laura Bermejo de la Flor
Periodista en la SER. Redactora de Código de Barras, un programa de consumo y mucho más. Apasionada...