Maratón
"Una palabra que nos llegó de Grecia, de la ciudad hasta la que, según cuenta la leyenda, corrió el soldado griego Filípedes para anunciar la victoria sobre los persas en el año 490 antes de Cristo"

Madrid
Maratón es una palabra que nos llegó de Grecia, de la ciudad hasta la que, según cuenta la leyenda, corrió el soldado griego Filípedes para anunciar la victoria sobre los persas en el año 490 antes de Cristo. Este epónimo pasó del atlas al diccionario a través de los Juegos Olímpicos para nombrar la carrera en la que los atletas recorren una distancia de 42 kilómetros y 195 metros. Aunque tardó más que Filípedes, porque el primer maratón olímpico de /disputó en 1896 y la palabra fue recogida casi un siglo después, en 1984.
El maratón es una prueba muy exigente. Y ese estuerzo sobrehumano sirvió como metáfora para dar nuevos sentidos al término. Así, llamamos maratón a cualquier competición de resistencia, aunque no sea deportiva: un maratón de baile, por ejemplo. Y en general, a cualquier actividad larga, intensa o que se desarrolla con un ritmo muy rápido: un maratón de entrevistas o un maratón de series, la más novedosa de las variantes. A la persona que corre el maratón la llamamos maratoniano, maratoniana o maratonista. Como adjetivo, en varios países de habla española lo maratoniano se convierte en maratónico. Y tanto aquí como al otro lado del Atlántico, esta palabra, en origen de género masculino, se emplea indistintamente en ambos géneros: el o la maratón. Así evitamos entrar en la Unidad de Vigilancia Lingüística, aunque algunos, si la corriésemos, acabaríamos en alguna UVI.





