El gobierno de Ucrania admite que necesita dinero para poder pagar a funcionarios y pensionistas
El bloqueo de la ayuda económica procedente de Estados Unidos y de la Unión Europea sume al gobierno ucraniano en una crisis financiera que pone en peligro los salarios de los trabajadores públicos
El bloqueo de la financiación de los aliados de Ucrania está generando nuevos problemas de liquidez para el gobierno de Kiev que van más allá de sus necesidades militares. La viceprimera ministra del país, Yulia Svyrydenko, ha relatado al Financial Times los apuros económicos por los que puede pasar la población ucraniana si Estados Unidos no envía su nuevo paquete de ayudas de 50.000 millones de dólares, bloqueado por parte del Partido Republicano en el Congreso, ni la Unión Europea el suyo de 60.000 millones, que ahora mismo no tiene luz verde por culpa del gobierno ultraderechista de Hungría.
Según Yulia Svyrydenko, Ucrania tiene una "necesidad crítica" de ese dinero o, de lo contrario, medio millón de funcionarios, casi millón y medio de profesores y 10 millones de pensionistas podrían sufrir retrasos a la hora de recibir sus salarios o subsidios.
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Entre tanto, el gobierno de Joe Biden ha liberado un nuevo paquete con equipamiento militar que incluye municiones, sistemas de defensa aérea, artillería y armas al tiempo que ha pedido al Congreso que "actué con rapidez porque ayudar a Ucrania a defenderse va en consonancia con nuestros intereses de seguridad nacional". En el caso de Europa, los países miembros estudian fórmulas para poder ofrecer financiación a Ucrania sorteando el veto de Hungría al envío de un paquete comunitario conjunto.
Ucrania ya se ha visto obligada a utilizar además importaciones de urgencia de energía de sus países vecinos porque los daños que ha sufrido su red eléctrica no han permitido responder algunos días a la demanda derivada del intenso frío que azota el país en invierno.
Ucrania se desespera
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha expresado hoy la preocupación de su gobierno por el retraso en el envío de ayudas que puedan sostener también la defensa de Ucrania. "Europa no sabe cómo librar guerras", ha dicho, "la producción de armas no es un negocio muy popular y por desgracia nuestros amigos gastan mucho tiempo deliberando cómo incrementar esa producción", ha lamentado.
Si no llega el dinero, Ucrania seguirá luchando, pero Rusia podrá ocupar más territorios
— Dmitro Kuleba, ministro de Exteriores de Ucrania
Kuleba anticipa que sin esa ayuda económica Rusia podrá conseguir avanzar hacia el oeste, algo que ahora mismo no está logrando ya que el frente ha quedado prácticamente estabilizado. De hecho, el ministro ucraniano ha reconocido que ahora mismo no le preocupa tanto el envío inmediato de armas como el camino que vaya a tomar la producción industrial de armamento en los países aliados de Ucrania. "Europa tiene ventaja tecnológica", admite Kuleba, "pero no será suficiente si la situación no cambia".
El ministro anticipa además "un desastre para el futuro de la Unión Europea" si se demostrara que Rusia está influyendo directamente en Hungría para que el gobierno de Budapest mantenga su veto a la liberación de la ayuda para Ucrania. Y concluye avisando que "si alguien cree que Rusia no se atreverá a atacar a un país de la OTAN si derrota a Ucrania, es un ingenuo".
Rusia mantiene su plan bélico
En paralelo a las necesidades financieras de Ucrania, y en un momento en el que la contraofensiva apenas avanza y en el que Rusia tampoco es capaz de controlar pequeñas ciudades cercanas a Donetsk que lleva semanas asediando, Moscú avisa de que mantendrá su ofensiva hasta obtener sus objetivos militares.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha concedido una entrevista a la agencia Ria Novosti en la que sigue criticando el apoyo occidental a Ucrania y asegura que "los intentos de los países occidentales de derrotar a Rusia han fracasado totalmente". Lavrov asegura además que los países del G7 han mantenido una reunión secreta en diciembre en la que debatieron la fórmula de paz auspiciada por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, aunque no ha ofrecido ninguna prueba de esa supuesta reunión.
Por último, Lavrov ha extendido sus amenazas hacia Armenia. El gobierno de ese país ha mostrado su disposición a cooperar con la OTAN, lo que hace saltar las alarmas en Moscú. El ministro ha recordado a Ereván que ese acercamiento preocupa a Rusia y puede conducir a una pérdida de soberanía para Armenia, idéntico argumento con el que justifica la invasión de Ucrania.
Lavrov también ha repetido un argumento semejante para culpar a los países occidentales de influir supuestamente en Serbia induciendo a la población civil a rebelarse contra el gobierno de ese país. En los últimos días, miles de manifestantes han protestado en Belgrado por un supuesto fraude electoral al tiempo que Moscú ha mostrado su respaldo total al gobierno de Aleksandar Vucic, ganador en esas elecciones.
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Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...