Galaxia

Madrid

Poco a poco vamos conociendo nuevas galaxias en el universo. Pero durante mucho, muchísimo tiempo nuestros antepasados solo pudieron divisar la nuestra, esa especie de camino luminoso trazado en el cielo como rastro de leche desparramada. Y de ahí vino su nombre, porque la palabra galaxia viene del término griego galaktos que significaba leche. Enseguida un creador de mitos tomó el testigo del creador de palabras e inventó una historia para explicar el fenómeno. Según su versión, ese rastro visible era la imaginada leche derramada por la diosa Hera al amamantar al pequeño Hércules.

Los latinos solo tuvieron que traducir y nombraron aquella primera galaxia conocida como Vía Láctea. La palabra griega original nos dejó una pequeña galaxia de nuevos términos: galactófago, para nombrar al que se alimenta de leche; galactógeno, cualquier sustancia que favorece la secreción de leche; o galactocele, un término médico que nombra el quiste en una glándula mamaria. La lengua coloquial ha dado también nuevos sentidos a la palabra que, sin embargo, el diccionario no ha registrado aún. Llamamos galaxia al conjunto de personas destacadas en cualquier ámbito y usamos el adjetivo galáctico para referirnos a cada una de esas estrellas destacadas, especialmente en el fútbol. Y lo hacemos con doble lógica, porque brillan con luz propia y porque son la leche...