Mónica López: "Otra vez con que el comunismo es el demonio, ¿qué comunismo hay hoy en España?"
La actriz interpreta a Carmen Díez de Rivera, la llamada musa de la Transición, en 'Carmen, nada de nadie'. Dirigida por Fernando Soto, la obra reivindica esta figura de consenso, en una mirada sobre la legalización del Partido Comunista de España
El próximo 23 de enero es el aniversario del asesinato de Arturo Ruiz en 1977, un asesinato que marcó el inicio de la Semana Negra de Madrid. Y esta semana el Teatro Español ha estrenado Carmen, nada de nadie, una obra que recoge en parte esos hechos. Mónica López interpreta a Carmen Díez de Rivera, la jefa del Gabinete de Presidencia con Adolfo Suárez en 1976 y 77, amiga personal y confidente del rey Juan Carlos. La dramaturgia es de Justo Tallón y Miguel Pérez García y Fernando Soto dirige a cuatro actores. Junto a Mónica, completan el reparto Oriol Tarrasón, Ana Fernández y Víctor Massán.
Carmen era inteligente, feminista, ecologista, monárquica, un puente entre la izquierda y la derecha, una mujer que no se callaba nunca y que decía siempre la verdad o no maquillaba la realidad. "Una figura de consenso que echamos en estos días", coinciden Mónica López y Fernando Soto. "Ceder es de valientes y hoy la tensión se ha convertido en deporte nacional, todo está polarizado, territorios que creíamos conquistados, derechos, los estamos viendo amenazados", denuncian los dos.
Oriol Tarrasón, Víctor Massan, Mónica López y Ana Fernández en 'Carmen, nada de nadie' / Sergio Parra
La obra se centra en esos días, semanas, meses frenéticos, de alta tensión, previos a la legalización del Partido Comunista. En flahsbacks vamos el pasado de Carmen Díez de Rivera, lo que marcó su vida personal, hija de una marquesa interpretada por Ana Fernández, y también política.
El montaje recoge unos momentos muy duros, tensos y violentos de la Transición y personajes de los que se sabe poco todavía. "La Transición la desconocemos, la conocerán muchos de sus protagonistas, pero luego hubo la transacción, que es una cosa que me gustaría mucho conocer y en la obra más o menos intentamos apuntarlo", dice su director. Los dos lamentan lo mucho que se parece la España de hoy a la de entonces. "Ahora se vuelven a repetir conceptos, palabras que parecían desterradas, como que el comunismo es el demonio, ¿qué comunismo hay aquí?", se pregunta López.
Además, Carmen se convierte en protagonista de una Transición pilotada por hombres. "Es una obra feminista y hay que ser feminista, los que están hartos son los machirulos de siempre que no soportan en feminismo porque se sienten atacados", responde la actriz a esa encuesta del CIS que refleja cómo el 44% de los hombres y el 36% de las mujeres considera que se ha ido demasiado lejos con la igualdad.
"La cultura en general y el teatro en particular deberían ser motor transformador de las sociedades, pero me temo que nos estamos aburguesando", dice Mónica López. "El teatro debe ser un espejo de lo que se cuece en la sociedad y de lo que le pasa por dentro al ser humano, debe ofrecer preguntas, incomodar al espectador, no contarle lo que ya quiere oír", añade sobre los casos de censura de algunas obras.
En Carmen, nada de nadie asistimos a la relación de Díez de Rivera con Suárez y con el rey Juan Carlos, sobre lo que se ha especulado mucho. Los diálogos son ficcionados, los hechos son reales, y han bebido de lo que han escrito sobre ella Francisco Umbral, Ana Romero o Manuel Vicent.
