El agua que se pierde en fugas de la red española cada año llenaría seis veces el embalse de Sau
La red de nuestro país es muy vieja. Un cuarto de las tuberías tiene más de 40 años y no se ha repuesto desde su primera instalación. Los expertos coinciden en que una gran renovación ahorraría agua
No vemos las tuberías de la red de agua española cuando pasan por debajo de nuestro pueblo o nuestra ciudad. Y como no las vemos, no nos importan mucho. Pero la realidad es que son viejas y están muy deterioradas.
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Nuestro sistema de tuberías mide 225.000 kilómetros. Si pusiéramos toda la red de agua en línea recta, le podríamos dar cinco vueltas a la tierra por el ecuador, según el Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento de AEAS.
Este estudio también nos vale para haceros una idea de lo viejo que está el sistema en términos generales: Sólo un 17% de la red tiene menos de 10 años porque ha sido renovado o es de nueva construcción (en zonas urbanas de reciente creación). Un 26% tiene más de 40 años. Se puede decir que tenemos una red obsoleta que, además, como advierten los expertos, "no se está reponiendo a buen ritmo". Lo explica el experto en aguas Gonzalo Delacámara: "Sólo reponemos entre un 0,2 y un 0,4% de la red al año". Una cantidad absolutamente insuficiente y que no soluciona para nada el problema.
En este estudio de AEAS hay una frase que describe muy bien el problema: "la inversión prevista, tanto en los presupuestos generales como en los planes municipales de inversión, continúa siendo insuficiente. Las infraestructuras del agua siguen envejeciendo, con el consiguiente riesgo de perder los niveles actuales de calidad de los servicios de abastecimiento. Es necesario, por tanto, que la ciudadanía y las autoridades sean conscientes del déficit de inversión que diagnostica y arrastra el sector, especialmente en las necesidades de renovación".
La cantidad de agua que se pierde en el sistema por este motivo es inmensa. Hay estimaciones que la sitúan en seiscientos cincuenta mil millones de litros. Lo que es seguro es que hay dos tipos de pérdidas: las primeras se llaman técnicamente "pérdidas reales". Son las que vienen de fugas, roturas y averías y representan 38 litros diarios por habitante. Luego están las llamadas "pérdidas aparentes". Tienen que ver con fraudes o lecturas incorrectas de los contadores. Suman 24 litros por habitante más. Al día.
Las mayores pérdidas, en Ceuta, Melilla y Canarias
El mayor porcentaje de pérdidas se da en Ceuta, Melilla y Canarias, con un 24%. Le siguen Extremadura, La Rioja, Castilla-La Mancha, Aragón y Cantabria con un 21%. Coinciden todas con las redes más envejecidas. Madrid es la comunidad que presenta menos fugas con apenas un 4%. En Euskadi, un 13,1%. Cataluña está en la media con un 14%.
Con toda esta agua que se pierde podemos componer una imagen muy gráfica. Con los 1.065 hectómetros cúbicos que se pierden solo en fugas del primer tipo, llenaríamos 6 veces el pantano catalán de Sau hasta volver a tapar de nuevo su ya famosa iglesia.
Para solucionarlo, el Ministerio de Transición Ecológica está estudiando ahora cientos propuestas que han hecho 3600 municipios y empresas al llamado "PERTE del Agua". La convocatoria terminó en diciembre. Los municipios en el primer PERTE instalaron mayoritariamente testigos digitales en sus redes de aguas. Explican los expertos que son claves para controlar mejor las fugas.
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación...