"Camarones y medusas de hace 500 millones de años": dos paleontólogos aficionados descubren un lecho marino con 400 fósiles al sur de Francia
El nuevo depósito se ha llamado "Cabrières Biota" y ha servido para publicar un estudio sobre animales que se refugiaron en latitudes altas escapando de las temperaturas ecuatoriales extremas
Madrid
Eric Monceret y Sylvie Monceret-Goujon, son dos amantes de la paleontología que hoy no pueden ocultar su alegría y su asombro. Desde que tenían 20 años han dedicado su tiempo libre a explorar la naturaleza y buscar fósiles en el sur de Francia. De hecho, su nombre aparece asociado en varios hallazgos que han servido para estudios paleontológicos en universidades como Cambridge o, en este caso, Laussana.
La diferencia es que ahora, el descubrimiento que han hecho en la zona de Montagne Noire, en el departamento francés de Hérault, es realmente enorme: Un lecho marino, al que han llamado "Cabrieres Biota" con cientos de pequeños fósiles que han movilizado a un gran grupo de investigadores de la Facultad de Geociencias y Medio Ambiente de la Universidad de Lausana y del Centro Nacional para la Investigación Científica, la institución de investigación más importante de Francia.
Dice Sylvie que muy rápidamente comprendieron la importancia del descubrimiento: "pasamos del asombro a la emoción". El estudio posterior se acaba de publicar en la revista Nature Ecology & Evolution porque lo que han descubierto tiene información sin precedentes sobre los ecosistemas del período Ordovícico y cómo se movieron los seres vivos de la época para evitar las altas temperaturas del agua del mar.
En todo caso, su hallazgo, sólo por las dimensiones, es sensacional: Cerca de 400 fósiles "excepcionalmente bien conservados" que datan de hace 470 millones de años. Sylvie y Eric han encontrado artrópodos (milpiés y camarones) y cnidarios (medusas y corales), además de numerosos tipos de algas y esponjas marinas. Ya se considera uno de los yacimientos fósiles más ricos y diversos del mundo para este período (el Ordovícico Inferior). El estado de conservación de los especímenes también ha llamado la atención de los investigadores
Además de los componentes de cáscara de los fósiles, han podido encontrar "elementos blandos" que son "extremadamente raros en estos yacimientos". Con ellos, por ejemplo se puede entender el sistema digestivo y las cutículas de algunos de estos seres porque los restos están en "un notable estado de conservación".
El estudio que ha permitido este hallazgo nos habla del clima de la época. La alta biodiversidad de este sitio paleontológico, el hecho de que hubiera numerosas especies tan distintas concentradas en un punto tan pequeño "sugiere que esta área, hace 470 millones de años, sirvió como refugio para especies que habían escapado de las altas temperaturas" Al norte, en ese momento, podían sobrevivir. En las zonas más ecuatoriales, el agua se había vuelto inhabitable porque se estaba produciendo un calentamiento global.
Farid Saleh, investigador de la Universidad de Lausana y primer autor del estudio dice que en esta época de intenso calor , los seres vivos que podían moverse se marcharon "a refugios de latitudes altas". Lo hacían para "escapar de las temperaturas ecuatoriales extremas". Es una situación, la de las migraciones masivas por el calor que puede volver a producirse: "El pasado lejano nos da una idea de nuestro posible futuro cercano", añade Jonathan Antcliffe, investigador de la Universidad de Lausana y coautor del estudio.
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...