La receta verde: el bosque como prescripción médica para tratar la depresión

Madrid

Juani cuenta que hace unos meses sentía que estaba en el fondo de un pozo: “Intentaba cogerme a una cuerda para salir, pero se me escapaba”, evoca en alusión a su trastorno depresivo. “Ahora tengo fuerzas para agarrarme, y la cuerda que me salva es el bosque”, reflexiona. Allí, entre las hayas que pueblan el bosque de la Fageda d’en Jordà (Girona), Juani recuerda la primera vez que salió a pasear por la naturaleza por prescripción médica: "Me encontraba tan mal, que creía que aquello no me iba a hacer nada". Pero le hizo, y aunque iba escéptica, al pasar por un camino en el que vio a su derecha un campo seco; y a su izquierda, una zona que empezaba a florecer, se dijo: "Juani, tú estás aquí y tu familia allí... ¿qué haces?". "Se me movió todo por dentro, no sabía que el silencio podía decirme tantas cosas", rememora.

Juani participa en un estudio liderado por el equipo de Atención Primaria de Olot (Girona) que pretende evaluar el efecto del contacto guiado por la naturaleza en personas que sufren algún tipo de trastorno mental como ansiedad o depresión. Desde el año 2022 organizan visitas semanales al campo durante tres horas, en grupo, a lo largo de siete semanas, acompañados por una experta en inmersiones en el bosque que les ayuda a percibir el entorno de otra manera. El grupo se adentra entre los árboles en silencio, lentamente, con una distancia de metro y medio entre unos y otros, y encaran la naturaleza de una forma contemplativa mientras escuchan los sonidos del ambiente, la brisa, el tacto de las hojas y la tierra.

La idea nace de una práctica iniciada en Japón en 1982 conocida como Shinrin-yoku o baño de bosque. Allí descubrieron que en una población altamente estresada por el trabajo, estos paseos por la naturaleza disminuían la presión arterial y el cortisol en sangre (la hormona del estrés), además de reducir la incidencia de infartos. En el Consultorio Local de Les Preses, la médica de cabecera Quionia Villar es una de las impulsoras de este proyecto. La doctora opina que este tipo de salidas, a priori "de sentido común" para muchas personas, son muy significativas en pacientes poco acostumbrados a salir a la naturaleza o a socializar: "Cuando una persona padece depresión o ansiedad, en ocasiones no tiene ganas de salir de casa. Pero si te lo prescribe un médico, se toma de otra manera, y aunque en las primeras sesiones a veces cuesta, acaban encontrando mucha paz", analiza mientras puntualiza que el 80% de los determinantes de la salud de las personas están fuera del sistema sanitario: "Caminar, saber autorelajarse, tener una red social, una buena dieta, un buen salario o buena vivienda... eso es realmente lo que puede hacer que una sociedad sea más saludable".