Un investigador revela cómo son los interrogatorios policiales en la vida real: "No se parece a las películas"

Este jueves, en 'Rojo Oscuro Casi Negro', nuestra colaboradora Patricia Peiró nos ha trasladado hasta una pequeña localidad del sur de España, donde en pleno verano se encontró dentro de una casa un cadáver con varias puñaladas. A partir de ahí, se inició una investigación que acaba con los policías decidiendo entrevistarse con un hombre que había acabado teniendo el móvil del fallecido. Este nuevo personaje era un trabajador social, un terapeuta especializado en atender a personas con problemas de drogodependencia. Llevaba 20 años dedicándose a esta tarea y nunca había tenido problemas, salvo en los últimos años, en los que constaba que había sido detenido por un delito de hurto. Cuando los policías le citaron, se fijaron en un detalle importante: tenía un par de cortes en sus manos.

Para conocer qué ocurrió en ese interrogatorio, en La Ventana hemos querido invitar a Miguel Ángel Álvarez Sáez, policía del Grupo 2 de Homicidios de la Udev Central. "Nosotros como unidad central llegamos unos días después", ha comenzado a explicar. "Iniciamos toda una serie de investigaciones, empezamos a manipular nuestras bases de datos, a hablar con gente y a tomar declaraciones". Esta investigación duró cuatro meses, tras los cuales procedieron a la detención. "Nosotros no habíamos hablado con él aún", ha explicado, para luego aclarar que el interrogatorio al que procedieron "no es como una entrevista" o como una toma de declaraciones. "Cuando es a un investigado, tiene que estar siempre un abogado delante".

Miguel Ángel Álvarez ha explicado cómo procedieron cuando, tras su detención, pasaron "prácticamente un día con él realizando todo tipo de diligencia". "En todo momento estuvimos con él", ha explicado, ya que "no dejamos que intervengan terceras personas". "El detenido nos tiene como personas de referencia", lo que acaba creando "un vínculo de confianza" y, a la postre, como en el caso del que hemos hablado, que se obtenga una confesión.

Así funciona un interrogatorio

Francino también ha querido saber cuáles son las estrategias que los investigadores siguen para lograr arrancar una confesión a los investigados. "Lo que más funciona sobre todo es presentarle la prueba, las contradicciones en las que se le ha visto", ha revelado. "También apelar a su honorabilidad, a la religión. Hay muchas cosas". El policía ha resaltado también el gran trabajo que se realiza previamente para tener toda la información posible del interrogado: "Se mira absolutamente todo. Bases de datos, saber cómo se ha portado en otras detenciones, sus redes sociales, hablar con su entorno, con la familia, con sus compañeros de trabajo, cómo viste o qué terminales usa...".

Además, el procedimiento no es, según ha contado el agente Álvarez, tal y como vemos en las películas. Ni lo del poli bueno y el poli malo, ni lo de la sala a oscuras: "Suele ser una sala neutra en la que haya pocos objetos de distracción". Se procura, sobre todo, "que no haya interrupciones y que no haya teléfonos". Además, el experto ha añadido que "nosotros trabajamos siempre de una manera que tratamos a la gente con total empatía, intentando entender las cosas y tratarlas con respeto". De hecho, ha asegurado que, con este método, "se consiguen muchas más cosas".

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