El deshielo del Ártico se anticipa: científicos aseguran que podría producirse en apenas una década
Esta nueva investigación supone un adelanto de 10 años a la última proyección realizada por los científicos de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos
Será sin duda una de las peores imágenes del impacto del cambio climático en nuestro planeta: el Polo Norte podría ya quedarse sin hielo en verano dentro de solo una década y esto adelanta 10 años el cálculo realizado el año pasado por el centro mundial de referencia en el campo polar: la Universidad de Colorado. Además, según los científicos polares, este proceso ya no se puede parar.
El primer día de la historia sin hielo en el Polo Norte durante el verano se podría ya ver de aquí al año 2034 y esto supone adelantar 10 años la última proyección realizada por los científicos de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
Además, este proceso de deshielo total en el Ártico es ya "irreversible", según advierten estos investigadores en el informe que publica la revista Nature.
Y todavía hay más datos negativos, según esta nueva proyección realizada por el principal centro de investigación polar del mundo: a mediados de este siglo, el Ártico es muy probable que pase ya un mes entero sin hielo flotante en septiembre.
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El problema se agrava
Mientras tanto, a finales de siglo, la temporada sin hielo podría durar ya varios meses al año, aunque esto depende de la cantidad de emisiones de gases contaminantes que sigan desechando a la atmósfera los seres humanos durante las próximas décadas.
Por ejemplo, en un escenario de altas emisiones o de que todo siga igual que ahora, la región más al norte de nuestro planeta podría quedar constantemente libre de hielo, incluso, en algunos meses de invierno.
Libre de hielo
Para los científicos, el Ártico está libre de hielo cuando el océano tiene menos de 1 kilómetro cuadrado (386.000 millas cuadradas) de placas heladas.
Y, durante los últimos años, el Océano Ártico tenía alrededor de 3,3 kilómetros cuadrados de superficie de hielo marino en su mínimo, que se registra en septiembre, al final del verano.
"Cuando se trata de comunicar lo que los científicos esperan que suceda en el Ártico, es importante predecir cuándo podríamos observar las primeras condiciones sin hielo en el Ártico, lo que aparecerá en los datos satelitales diarios", advierte Alexandra Jahn, que trabaja en el Instituto de Investigación Ártica de la Universidad de Colorado, en Boulder, y que ha dirigido esta nueva investigación. Su equipo ha calculado que el Océano Ártico podría quedar libre de hielo, por primera vez, en un día de finales de agosto o principios de septiembre entre las décadas de 2020 y 2030 en todos los escenarios de emisiones.
Y esta nueva proyección supone que el primer día en que la cobertura de hielo marino cae por debajo del umbral de 1 kilómetro cuadrado podría ocurrir hasta 18 años antes.
Culpables: el petróleo y el carbón
Según estos investigadores polares, las enormes emisiones de gases de efecto invernadero son los principales contribuyentes a esta pérdida histórica de hielo marino.
Además, hay un efecto cascada, porque esta disminución de la capa de nieve y hielo aumenta, a su vez, la cantidad de calor de la luz solar absorbida por el océano y esto dispara el deshielo y el recalentamiento en el Ártico.
Esta reducción, sin precedentes, en el hielo marino tiene ya impactos muy negativos en los animales del Ártico, porque dependen de él para sobrevivir, y esto incluye especies tan importantes como las focas. Los leones marinos o los osos polares.
Además, a medida que el océano se calienta, los peces se trasladan más al norte y esto reduce las fuentes de alimento de las poblaciones árticas, como los inuits que viven en Groenlandia.
Riesgo para los humanos
Pero esta pérdida de hielo marino también representa un riesgo para los millones de personas que viven cerca de la costa, ya que no amortigua la altura de las grandes olas y éstas se hacen más grandes e impactan, con mayor fuerza, sobre el litoral.
Si bien un Ártico sin hielo es ya "inevitable", según la doctora Jahn, los niveles futuros de emisiones seguirán determinando la frecuencia con la que se produzcan estas condiciones.
En concreto, en un escenario de emisiones como las actuales, el Ártico podría quedar libre de hielo a finales del verano y principios del otoño, de agosto a octubre. Pero en el escenario de mayores emisiones, el Ártico podría estar libre de hielo durante nueve meses a finales de este siglo.
Solo un dato positivo
"Esto transformaría el Ártico en un entorno completamente diferente, desde un Ártico blanco de verano a un Ártico azul. Entonces, incluso si las condiciones sin hielo son inevitables, aún debemos mantener nuestras emisiones lo más bajas posible para evitar condiciones prolongadas sin hielo", subraya Jahn. La buena noticia es que el hielo marino del Ártico es resistente y puede regresar, de forma rápida, si la atmósfera de la Tierra se enfría.
Porque, a diferencia de la capa de hielo de Groenlandia, que tardó miles de años en formarse, todo el hielo marino del Ártico podría recuperarse en una década, si se reducen, de forma drástica, las emisiones mundiales de los combustibles fósiles, como el petróleo, el gas o el carbón.
O si el futuro, los seres humanos son capaces de aplicar, a gran escala, una tecnología capaz de recuperar las enormes cantidades de CO2 y metano que nuestra civilización ha vertido a la atmósfera desde el inicio de la revolución industrial y que ahora están provocando la mayor crisis climática de la historia.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...