Lola Herrera: "Si no eres una actriz de moda, nunca puedes pasar de moda. Y eso está bien"
La actriz, ahora en los escenarios con 'Adictos', valora su trayectoria: de los seriales en Radio Madrid a su papel en 'Cinco horas con Mario'
Madrid
En la radio, con aquellos seriales maravillosos, que tenían a la población pegada a un receptor; en los míticos Estudio 1 de RTVE, inolvidables, tabla de actores y actrices que eran entonces y serían después; en el teatro, con más de cuarenta obras, entre las que se encuentran algunas piezas como 'Cinco horas con Mario', la novela de Miguel Delibes que este le entregó convencido de que ninguna sabría explicar a varias generaciones de españoles y españolas lo que sentía Carmen Sotillo, cuando en este país había demasiados Marios y no pocas Sotillo. "He hecho en cinco ocasiones esta obra a lo largo de 40 años. Al principio yo no me atrevía a hacer a un personaje como Carmen Sotillo con mi edad, hasta que me di cuenta de que Carmen Sotillo era una mujer y no una edad. Ni os podéis imaginar la de cosas nuevas que puede sugerir un personaje cuando está tan bien escrito. Escrito como escribía Miguel (Delibes)".
Lola Herrera, el portento real de la ficción
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Y eso que ese papel antes que ella lo tuvieron en la mano cuatro actrices, una constante en su vida profesional, por extraño que parezca. "Eso siempre me ha pasado. Yo nunca he estado en el primer pelotón de actrices o actores. Por gustos, por decisión de los productores y directores, yo no estaba en primera línea, el noventa por ciento de mis papeles fueron de rebote". Pero en ello Lola Herrera, que advierte una contrariedad, "Es paradójico que en una profesión como esta se tenga tan poca imaginación, apostando siempre a lo seguro, a lo que va a funcionar o se cree que va a funcionar", también ve una ventaja: "Si no eres una actriz de moda, nunca puedes pasar de moda. Y eso está bien".
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Ha sido también ella en 'Función de noche', aquella película rompedora y desgarradora a partes iguales de 1981 (con el divorcio en puertas y un Golpe de Estado fallido, pero que explicaba bien hasta que punto todo era frágil en España) en la que se interpreta a sí misma junto a su expareja, el también intérprete Daniel Dicenta, para confesarse por qué esa relación sentimental había hecho aguas, y no como un acto exhibicionista y personal, sino como el acertado retrato colectivo y terapeútico para toda una generación permanentemente juzgada por el qué dirán o por todo lo que no se podía o no estaba bien visto que se hiciera. "Función de noche no due un ejercicio de valentía, sino más bien una necesidad. la necesidad de poder fritar esa necesidad, la historia de dos desgraciados que no supieron acertar con sus vidas" y todavía se sorprende del impacto de aquella película "que no supe ver venir".
Ahora, superados los ochenta, sigue con los pies pegados a un escenario, como si la edad no fuera un inconveniente o una traba, con una soltura que desafía la probabilidad de la caducidad profesional. Lo hace en Madrid, en el Teatro Reina Victoria, junto a Lola Baldrich y Ana Labordeta, en la obra Adictos, una reflexión sobre como la época digital, que todo lo inunda, se aprovecha desde el poder para generar una falsa necesidad de seguridad ante el caos para prevenirnos imponiendo el control y el recorte de nuestras libertades. Si desde el poder nos defienden, ¿A nosotros, quién nos defiende del poder? Parece querer decir esta obra protagonizada por nuestra invitada.
Una invitada a la que siempre hemos imaginado en el escenario, aun cuando no lo estuviera. Que piensa como actriz e intérprete desde que por lo menos escuchó por primera vez a la cantante y actriz mexicana Irma Vila, cuyas canciones imitaba con tanto acierto como para que su propia familia y vecinos le empujasen a participar en un concurso que luego ganaría. Y de ahí a una sustitución en los seriales radiofónicos en esta casa, en Radio Madrid: "Entonces -recuerda Herrera- se cantaba mucho en las casas. Irma Vila tenía una voz prodigiosa. A mí me encantaba cantar sus canciones. Con doce años me animaron a participar en un concurso que organizaba Radio Valladolid imitando esa voz. Y gané. Ese es el principio de todo".
Un deseo que encontró acomodo en Radio Madrid, en los seriales radiofónicos. "La radio ha tenido muchísima importancia en mi vida, muchísima. Además -rememora la actriz- es un recuerdo que tengo muy vivo. Que me hiciera una prueba Antonio Calderón, que me aceptasen y me dieran un sueldo. Un contrato de 45 pesetas, de las que destinaba 30 para pagar la pensión. Y luego una vida entregada al teatro, o como a ella le gusta mejor aclarar, "a la pasión" de una actividad adictiva... Aunque no siempre se puedan elegir los papeles, porque como bien reconoce "he trabajado con directores malos, he hecho papeles que no eran buenos y nada desgasta más que tratar de hacer creíble lo que es increíble" y "además cada vez hay menos papeles para personas de mi edad".
Es Lola Herrera, o Carmen, o Ketty, o Estela Díaz Anderson, o Marga, o miles de personajes más. Es actriz, de una pieza.
Sergio Castro Salillas
Redactor y guionista en la SER desde 1996. Estuvo en La Ventana, A Vivir y ahora es redactor de Hoy...