Un científico señala la solución "no muy costosa" a la sequía que sufre España: "Se usó en Granada y no van a tener problemas en la vida"

España afronta ahora mismo una situación de sequía especialmente grave que se ha cebado en territorios como Andalucía o Cataluña. La solución planteada en algunos casos ha sido poner en marcha las 770 desaladoras con las que cuenta nuestro país y que permiten aprovechar los recursos marítimos. Pero el experto en hidrogeología Bruno Ballesteros cuenta en El Faro que existe una solución que "no es muy costosa" y con "un impacto ambiental mínimo": los pozos de sequía.

"Las desaladoras son muy útiles para el aprovechamiento de recursos, pero no para luchar contra la sequía", explica Ballesteros. Para él, la alternativa es extraer agua de "acuíferos estratégicos, es decir, que tienen sobrados recursos" únicamente en periodos de crisis extrema. "Una vez que acaba la sequía, esos pozos se paran y los acuíferos vuelven a recuperarse", ha contado.

Ante la pregunta de si existen suficientes pozos para abastecer a las zonas secas, Ballesteros dice tener un dato sorprendente: "De todo el agua dulce que hay en el planeta, el 70% está en los polos y el resto, casi el 30%, son aguas subterráneas". El experto asegura en El Faro que son un recurso "estratégico y que puede ser utilizado". De hecho, se ha hecho. En el año 1995, Granada pasó por una grave sequía que mantuvo a los vecinos con cortes de agua de hasta 18 horas. "Se resolvió con diez pozos de sequía en el entorno de Granada y me atrevo a decir que la ciudad no va a tener problemas igual en la vida", ha contado.

¿Por qué no existen más pozos de sequía en España?

De acuerdo con Ballesteros, zonas como Cádiz o Barcelona, que están sufriendo especialmente la falta de agua, tienen particularidades que hacen que sus casos se tengan que estudiar detenidamente. En Cádiz, el experto señala que existe una zona muy lluviosa, que es Ubrique, y otra muy seca, como es la del Puerto de Santa María, que no tiene acuíferos y no podría disponer de este tipo de pozos. En el caso de Barcelona, Ballesteros señala que el problema se concentra en el entorno de la ciudad, con menos posibilidades para construir los pozos, aunque asegura que "se puede estudiar".