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Rusia tardará tres días en votar para reelegir a Putin

Es la primera vez que se vota durante tres días, casi sin oposición y en un país que es la nación más grande territorialmente del mundo y donde es muy difícil medir el apoyo real popular con el que cuenta el presidente

Votantes del Donbas Ucraniano controlado por Rusia, depositan su voto en estas presidenciales en un voto anticipado para los territorios lejanos. / STRINGER (EFE)

Madrid

Rusia cuenta con el 10% de toda la superficie terrestre y Putin se va a convertir en uno de los mandatarios que más tiempo permanecerán en el cargo con paripé electoral incluido. Este país tarda tres días en votar desde su zona oriental a la más occidental por lo extenso que es el territorio, así que empezarán este viernes 15 de mazo y acabarán el domingo 17 a las 00:00 horas.

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Esta es la primera ocasión en que una votación presidencial en Rusia durará tres días. Tres semanas después es cuando está prevista una segunda ronda de votación en caso de que ningún candidato obtenga más de la mitad de los votos, aunque es poco probable. Ahora se vota solo el cargo del presidente, ya que las elecciones legislativas para el parlamento o Duma ruso serán en el 2026. Y ya han votado más de 2.300.000 personas, la mayoría de la zona del Donbás ucraniano, ocupado ilegalmente por Rusia.

Los votantes tienen pocas opciones más allá de marcar la casilla constitucional sin muchas opciones de sacar a Putin del poder. El presidente ha modificado y reforzado ese sistema de votación para perpetuarse en el cargo, incluso quitándose de en medio al único político con posibilidades reales de hacerle sombra, Alexéi Navalni. Primero prohibiéndole presentarse como candidato, luego acusándole de pertenecer a grupos extremistas, posteriormente encarcelándole para terminar muriendo en prisión en extrañas circunstancias.

Hace tres años, Putin promulgó una ley a su medida que le permite postularse más allá de lo que estipulaba la constitución, dos mandatos de seis años, así que podría estar en el cargo si la vida le acompaña hasta el 2036 con los dos mandatos adicionales que se agregó a su reforma constitucional.

Algunos rusos no conocen más jefes de Estado que Putin. El mandatario ruso ha reescrito las reglas a su conveniencia para ampliar sus poderes y se ha quitado de en medio a críticos, opositores, e incluso otrora amigos que osaron cuestionar su metodología.

¿Quién se enfrenta a Putin en las elecciones?

Los candidatos a las presidenciales rusas están controlados por la Comisión Electoral Central, que a su vez está controlada por Putin. Así que el presidente juega en casa reduciendo cualquier posibilidad del factor sorpresa por alguno de los candidatos.

Nikolay Kharitonov, representa al Partido Comunista. Es uno de los pocos parlamentarios que osa levantarse del asiento en la Duma y de hecho no le dejaron presentar candidato en las elecciones pasadas y que en las que se ha presentado, ha obtenido menos del 5% de los votos, aunque sí tiene su partido representación parlamentaria.

Vladislav Davankov es vicepresidente del Parlamento, la cámara baja rusa, y Leonid Slutsky se presentan por el partido liberal democrático de Rusia, el partido que en su momento dirigió el ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky que murió hace dos años. Todos los candidatos que aparecen en este párrafo, son afines a Putin. Es decir, se presentan para hacer el bulto electoral, obtener un escaño y votar a favor de los proyectos de ley que les pongan delante la gente de Putin.

Entre los opositores que querían presentarse está Boris Nadezhdin, que con un perfil pacifista fue vedado por la Comisión Electoral Central alegando que no habían recibido suficientes firmas legítimas para respaldar su candidatura.

Yekaterina Duntsova es la única mujer en la contienda y se iba a presentar como candidata independiente. Empezó su campaña hablando en contra de la guerra en Ucrania y su perfil fue rechazado por la misma Comisión Electoral Central alegando errores en los documentos de registro.

Un paripé electoral

Las elecciones en Rusia, a pesar de todo este paripé que despliega Putin, no son ni libres ni justas. Son solo un formalismo para ampliar el mandato de Putin. En un país donde la maquinaria propagandística está al servicio del presidente, y donde para acceder a información independiente hay que usar VPN, que son cortafuegos de internet para poder navegar libremente por la red.

También están prohibidas las protestas y manifestaciones, así que cualquier atisbo de rebeldía acaba con los rusos en la cárcel. Conocer realmente el nivel de apoyo a Putin entre los rusos es difícil, pero el centro Levada, que es una organización que hace encuestas a nivel no gubernamental, dice que el índice de aprobación del presidente es superior al 80%.

La invasión y posterior guerra en Ucrania, le ha dado a Putin un mensaje nacionalista para movilizar a los rusos y tener un apoyo generalizado basado en la seguridad nacional como prioridad país.

Victoria García

En la SER, desde hace casi tres décadas, con...