Un lío impresionante que solo se entiende en clave electoral

Madrid

Vivimos tiempos tan fugaces, va todo tan deprisa, que ayer nos despertamos con las últimas novedades del fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso y nos acostamos con una nueva convocatoria electoral, esta vez en Cataluña, y sin presupuestos del Gobierno central, y en medio, el Congreso de los Diputados convertido en un lodazal donde el estiércol voló entre los escaños a cuenta de la corrupción. Todo esto en un día, en un solo día.

Coincidieron en el tiempo dos plenos, el de la sesión de control al Gobierno en el Congreso y el de los presupuestos en Cataluña. Todos estábamos pendientes del Congreso, donde PSOE y PP se atizaron como nunca, pero la noticia estaba en el Parlament, una noticia que acabaría teniendo consecuencias para el gobierno de Pedro Sánchez antes de que terminara el día. Los comunes mantuvieron el pulso, y con la excusa de la construcción de un macrocomplejo turístico (podría haber sido cualquier otro), le tumbaron los presupuestos a Pere Aragonés que, en una debilidad extrema desde la salida de Junts de su gobierno, anunció el adelanto electoral. Y Pedro Sánchez, ante la evidencia de que la negociación con los independentistas en plena batalla por los votos va a ser imposible, tumbó sus cuentas hasta el año que viene.

Hasta aquí los titulares. Pero lo que hay detrás es un lío impresionante, que solo tiene una clave electoral, que va a impedir que de una vez por todas los catalanes tengan unas cuentas pensadas para el funcionamiento de la comunidad, ya lejos de las ambiciones identitarias. Unos presupuestos para las cosas del día a día, que es lo importante. Los Comunes, socios en Madrid (atención) de los socios del Gobierno de España, de Sumar, ahí es nada, no apoyaron los presupuestos con la excusa del complejo turístico. Electoralismo puro y pensando en las combinaciones en el Ayuntamiento de Barcelona, en las que no me extiendo por no aburrirles.

ERC activa la maquinaria electoral pensando que pilla a Junts sin candidato, por mucho que Puigdemont diga lo que diga, y con el PSC atado al caso Koldo y a la ley de amnistía. Y el PSOE, que ya tiene suficiente encima, retira los presupuestos casi para no perder el tiempo en una negociación que sabe fracasada. Como ven, todo y todos pensando en los ciudadanos.

Pues veremos cómo le sale la jugada a Esquerra, veremos cómo le sale al independentismo, porque si los catalanes son capaces de superar este episodio de locos y recuperar la senda de la normalidad traducida en soluciones para sus problemas reales se podrá dar por bien empleada, pero si no consiguen salir del bucle será desesperante para Cataluña y se van a notar los efectos en Madrid.