'Gua sha', la técnica viral que promete resultados milagrosos con solo pasar una piedra por la cara: sus mitos y verdades 'a medias'
El procedimiento lleva siglos usándose como parte del cuidado preventivo natural en Asia, pero en Occidente se ha popularizado hace poco gracias a las redes, donde se ven sorprendentes antes y después
Madrid
Solo se necesita una piedra de jade o cuarzo rosa, un aceite y mucha constancia para comenzar a ver los beneficios que el gua sha tiene sobre la piel. Se trata de una técnica ancestral proveniente de China, cuya finalidad es prevenir y mejorar el aspecto de la tez. En Asia, es ya un viejo conocido, sin embargo, es ahora, tras sus más de 2.000 años de existencia, cuando más se ha empezado a popularizar en Occidente. Las redes sociales han sido claves para su propagación. En ellas se ve generalmente a chicas mostrando cómo lo utilizan y cuáles son los resultados que están experimentando en su cara. Algunas hablan de arco mandibular más definido, otras de una reducción de papada y también las hay que aseguran que sus pómulos han cambiado. No obstante, detrás de estas imágenes y testimonios hay medias verdades y algunas cuestiones que hay que matizar sobre esta práctica: ni es milagrosa, ni es capaz de hacer todo lo que le atribuyen.
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Diana Bordón fue testigo de cómo se aplicaba el gua sha en China y eso supuso un antes y un después en su vida. "Fue una experiencia que me fascinó y me abrió los ojos al mundo de la belleza natural y, además, a conocer algo diferente y traerlo a Occidente para aplicarlo en tendencias de técnicas de belleza naturales. Por eso el gua sha forma parte de la metodología de Facial Yoga". Bordón es experta en Yoga Facial, que no es ni más ni menos que un entrenamiento específico para el rostro. "Los músculos de la cara no son diferentes del resto de nuestro cuerpo", sostiene. Desde 2015, lleva enseñando a cientos de alumnos a realizar esta actividad, con un plan propio, en la que el gua sha también está muy presente. "Este tipo de técnicas de belleza se centran en una prevención y una belleza duradera que es responsabilidad de cada individuo. Y en Occidente el ideal de belleza es que nos sentemos cómodamente en un sillón y que lo hagan todo por nosotros", afirma.
Ni reduce la flacidez, ni modifica el rostro
Los principales beneficios que tiene el uso del gua sha, si se hace correctamente, es que consigue relajar toda la tensión acumulada durante el día en los músculos faciales, aumenta el drenaje linfático e incrementa el riego sanguíneo. Y también se puede usar, para el mismo fin, en el resto del cuerpo. Sus primeros efectos a simple vista es una piel más reluciente y desinflamada, sin embargo, es un efecto momentáneo. "Dudo mucho que ejerza un efecto a nivel de mejoría de la flacidez. Lo único que hay para eso es mejorar el colágeno y la elastina y esto lo conseguimos o con aparatología específica o con inductores de colágeno químicos", sostiene la doctora Marta Gosalvez, especialista en Medicina intensiva y Máster en Medicina estética. Este extremo también lo respalda Bordón. "Siempre digo que esas herramientas son un complemento a la metodología. No van a quitarte las líneas de expresión. No estás trabajando el músculo en sí, sino sobre la piel, la circulación de la sangre", asegura.
Es por ello que ambas expertas muestra recelo hacia los vídeos que se ven en redes como TikTok en las que algunas usuarias lucen cambios espectaculares y, según mantienen, lo han conseguido solo a través del gua sha. "Todavía no puedo creer cuánto ha cambiado la forma de mi cara", dice una usuaria de esta plataforma mientras comparte una recopilación de fotografías de su antes y después. No es la única. Con solo poner gua sha en el buscador salen decenas de publicaciones similares. "Una cosa es la práctica de yoga facial, que es una concentración y un contacto directo con tu mente-músculo y donde vamos a ejercitarlo y vamos a tonificar con ejercicios de resistencia. Y otra cosa es la utilización del gua sha, que es externo. Y cuando digo que es externo es porque va a trabajar sobre la piel. Por separado no te va a hacer trabajar el músculo, eso que quede bien claro", agrega la creadora de la metodología Yoga Facial Plan. El uso de esta piedra, por lo tanto, tampoco va a actuar frente a las arrugas.
"Yo, que vengo de la rama tradicional de Medicina, y soy especialista en Medicinada Estética, me cuesta creer que afine el rostro y que elimine la papada. Y no tiene ningún tipo de evidencia científica. Pienso que pueden mejorar el riego sanguíneo y favorecer el drenaje linfático. Pero más allá de eso, no creo que tenga ningún otro beneficio, siendo estrictamente académicos", añade la doctora Gosalvez. Bordón, por su parte, insiste en que la clave está en el yoga facial, disciplina que llega años cultivando y que sí puede mejorar la apariencia del músculo de una manera más duradera si se ejercita con frecuencia. "Con respecto al tiempo y a la efectividad, si hablamos de que está combinado con ejercicios de yoga facial, todo dependerá de la edad. Un rostro de 30 no es el mismo que un roto de 50. Entonces partimos de la base que de 30 a 40 años empiezas a ver resultados en la tonificación de la piel a partir de tres meses, de 40 a 50 a partir de seis, de 50 a 60, a partir de nueve y 12 meses", explica.
No tiene efectos contraproducentes
Sobre el gua sha, las dos expertas sostienen que utilizarlo no tiene ninguna contraindicación y puede hacerse perfectamente, siempre y cuando se empleen las piedras adecuadas y de la manera correcta. También en las redes se ven vídeos en los que se muestra cómo deben hacerse los movimientos sobre el rostro o cuál es la mejor forma de conservar las herramientas que no son acertadas. Lo primero que se debe saber es que la piedra debe ser natural, ni cristal, ni plástico porque puede ser peligroso. "No debe utilizarse estos materiales para la cara porque podrías quemártela con la fricción", asegura Bordón. Tampoco hay que mantenerlas en la nevera. "Eso es un error. La piedra enseguida en contacto con la cara empieza a calentarse, por lo que no vale para nada enfriarla. Cuando es natural, ya debe estar fría", agrega. Lo tradicional es usar jade, pero si se emplea cuarzo rosa, muy popularizada para esta técnica, también es válido.
En cuanto al procedimiento de uso, Bordón sostiene que no hay efectos secundarios si se usa mal, lo que puede pasar es que no se vea ningún resultado en la piel. Es por eso que ella recomienda aprender de profesionales para así no perder el tiempo. Ella combina el gua sha con ejercicios de yoga facial en su plan personal. Pero no es la única que enseña los entresijos de esta técnica. Con el boom surgido en las redes sociales, son varios los sitios en los que se puede aprender cuáles son los movimientos correctos. Angy Márquez es profesora de gua sha en el centro Formación Gran Vía, radicado en Valencia.
"El curso está más enfocado hacia la práctica profesional en los centros de estética y salones de belleza. No obstante, los conocimientos adquiridos en el curso también podría trasladarse al ámbito del hogar, donde se podría incorporar esta técnica en la rutina de autocuidado del rostro", afirma. En su centro, han notado un incremento de la demanda, generalmente para uso profesional, pero también acuden particulares para aplicarlo en su uso doméstico. "El perfil del alumno de este curso sería el de una mujer entre 20 y 50 años", sostiene Márquez. Actualmente están realizando dos convocatorias mensuales para esta formación y suelen incrementar su frecuencia en los meses de más demanda.
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Minerva Marcos López
Periodista en la sección digital de la SER. Antes en Radio Madrid, el programa 'Hoy por Hoy' y en la...