Ciencia y tecnología

Fragmentos de vidrio del tamaño de un pelo prueban que los humanos sobrevivieron al supervolcán Toba hace 74.000 años

La SER habla con el doctor John Kappelman, el mismo que estudió los huesos de Lucy. Ha analizado un yacimiento etíope de homínidos que demuestra que resistieron también durante gigantesca erupción que cambió el clima del planeta

Las excavaciones en un yacimiento arqueológico de la Edad de Piedra Media, Shinfa-Metema 1, en las tierras bajas del noroeste de Etiopía, revelaron una población humana de hace 74.000 años que sobrevivió a la erupción del supervolcán Toba. Fotografía de Lawrence C. Todd.

La última erupción del supervolcán Toba, en la actual indonesia, tuvo un índice de explosividad volcánica de 8 (la calificación más alta en la escala. Lanzó millones de kilos de roca densa y magma. Son tantos que multiplica por 12 la erupción más grande de la historia reciente, la del monte Tambora en 1815, el que provocó que 1816 fuera llamado "el año sin verano" por la falta de luz que causó la ceniza.

Los científicos hacen dos estimaciones brutal de lo grande que fue el Toba: emitió 5.400 millones de tonelada de dióxido de azufre y el equivalente a 800 kilómetros cúbicos de ceniza volcánica. La mayoría de científicos están de acuerdo en que la caída de ceniza y la inyección de gases nocivos a la atmósfera produjo cambios mundiales en el clima. La teoría de la catástrofe de Toba dice este volcán redujo la población mundial a sólo 1 000 parejas reproductoras de humanos, la cifra más más baja de población desde la existencia del Homo sapiens

En África, en lo que hoy es Etiopía, uno de los puntos donde en esos momentos vivían nuestros antepasados, el clima también se volvió más árido. Y ahora hay una prueba más de cómo los residuos del volcán Toba les cambiaron la vida. Aunque resistieron.

La teoría más generalizada sobre cómo se dispersaron nuestros ancestros por África dice que sus expansiones fueron durante períodos húmedos en los que se crearon "corredores verdes" que facilitaron el movimiento de homínidos. A la misma vez, se creía -hasta ahora- que los períodos de aridez habían restringido el movimiento humano dificultando el acceso a alimentos.

El estudio publicado en Nature y que encabeza el antropólogo John Kappelman, de la Universidad de Texas, dice que los homínidos aguantaron la erupción y la aridez extrema que se produjo. Lo hicieron siguiendo los pequeños hilos azules de los ríos que resistieron a la sequía y cazando, con arco y flechas, los peces que se quedaban atrapados en pozas con agua. Cuando se agotaba una poza, seguían a la siguiente, y eso propició el movimiento de los homínidos.

Para llegar a este hallazgo, Kappelman y su equipo han estudiado los restos de un sitio arqueológico etíope, cerca del río Shinfa.

Las excavaciones en un yacimiento arqueológico de la Edad de Piedra Media, Shinfa-Metema 1, en las tierras bajas del noroeste de Etiopía, revelaron una población humana de hace 74.000 años que sobrevivió a la erupción del supervolcán Toba. A partir de https://topographic-map.com Open Database License (ODbL) v 1.0

Allí han encontrado piedras astilladas con forma de herramienta y restos de animales que prueban la presencia de humanos en este lugar hace 74.000 años.

Las puntas de proyectil de un yacimiento arqueológico de la Edad de Piedra Media, Shinfa-Metema 1, en las tierras bajas del noroeste de Etiopía, que datan de la época de la supererupción de Toba, hace 74.000 años, proporcionan pruebas del uso del arco y la flecha antes de la dispersión de los humanos modernos fuera de África. Fotografía de Blue Nile Survey Project.

El análisis de isótopos de oxígeno en las cáscaras de huevo de avestruz y los dientes fósiles de mamíferos encontrados en la zona indican que el medio ambiente en este momento era particularmente árido.

Un pequeño fragmento de vidrio de menos del diámetro de un cabello humano fue recuperado de un yacimiento de la Edad de Piedra Media en el noroeste de Etiopía. Su química coincide con la del supervolcán Toba, situado al otro lado del mundo, en Indonesia. Las personas que vivieron en este sitio arqueológico sobrevivieron a la supererupción debido a su flexibilidad de comportamiento. Fotografía de Racheal Johnsen.

Además, al analizar químicamente varios fragmentos de vidrio presentes en el yacimiento han podido comprobar que estos humanos convivieron y sobrevivieron a la super-erupción del volcán Toba. El vidrio tiene un tamaño minúsculo -10 micrometros, el tamaño de un pelo- y su química coincide con la del supervolcán.

Kappleman, en declaraciones a la SER

El famoso antropólogo, autor de estudios muy conocidos sobre los huesos de Lucy, la abuela de la humanidad, habla con la SER sobre su hallazgo.

Así que los humanos, hace 74.000 años, en medio de un clima árido, sobrevivieron siguiendo ríos casi secos.

Sí. Lo que sabemos ahora es que sobrevivieron ocupando las tierras bajas del noroeste de Etiopía durante épocas de aridez estacional elevada. Los que hemos estudiado, lo hicieron viviendo a lo largo de un río que es un afluente del río Nilo Azul. Utilizaban el arco y la flecha y comían animales terrestres y pescado.

¿Cómo sabemos que estos humanos vivieron a la vez que la super erupción del Toba?

Descubrimos diminutos fragmentos de vidrio (de apenas 10 micrómetros) en el sitio cuya química coincide con el volcán y su erupción hace 74,000. Su efecto fue hacer las condiciones climáticas aún más áridas.

Pero... ¿Cómo un pequeño fragmento de vidrio, más pequeño que un cabello humano, puede dar tanta información?

Pudimos analizar la química y los elementos de estos diminutos fragmentos de vidrio y mostrar que coinciden con la química y los elementos del vidrio de la super-erupción de Toba. Podemos hacer esto porque la química de muchos volcanes es única y los fragmentos de vidrio pueden ser "identificados" con erupciones concretas.

¡Y llegaron hasta este yacimiento en África desde Indonesia!

Correcto. Es sorprendente pensar que estos diminutos fragmentos de vidrio fueron transportados más de 7,000 km desde Sumatra hasta el Cuerno de África.

¿ y por qué esto les cambió la vida nuestros antepasados?

Estas personas respondieron aumentando el porcentaje de pescado en su dieta. En una especie de estación seca muy larga pudieron sobrevivir comiendo pescado en las pozas de agua que se iban formando en este río. Dado que estas personas se adaptaron a entornos estacionalmente áridos, y que su conducta flexible les permitió sobrevivir a la supe erupción del Toba, proponemos que los humanos modernos podrían haberse dispersado fuera de África también durante los intervalos áridos.

¿Las grandes dispersiones humanas siempre han estado vinculadas a cambios climáticos?

Sí, pero hasta ahora, se aceptaba ampliamente que las dispersiones humanas fuera de África ocurrieron durante épocas de climas más húmedos. La población se expandía y se movía en la dirección en la que estaban sus hábitats preferidos. Buscaban esos hábitats a medida que esas mismas zonas se expandían. Lo que nosotros proponemos con esta publicación es que la flexibilidad conductual de los últimos humanos en dispersarse fuera de África, les permitió hacerlo también durante este intervalo árido. Estas personas eran culturalmente sofisticadas, y esencialmente como las personas modernas de hoy.

Así que esto cambia la forma de entender las dispersiones humanas. ¿No? Tenemos que empezar a asumir que sí se movían durante los períodos áridos.

Correcto. La mayoría de los arqueólogos piensan que durante intervalos áridos, los humanos tenían que retirarse a lo que se llaman refugios de altitud donde las condiciones eran menos áridas. Cuando las condiciones se volvían más húmedas, volvían a bajar. Pero hemos visto que no es así.

Es un cambio de enfoque total.

Sí. Nuestros datos reexaminan la ya antigua hipótesis de dispersiones solo en épocas húmedas. Debemos considerar que las dispersiones podrían haber ocurrido también durante intervalos áridos.

Me ha gustado saber que han utilizado cáscaras de huevo de avestruz para aprender cómo era el clima en ese momento. ¿Nos puede explicar cómo se hace esto?

Observamos los isótopos estables de carbono y oxígeno. Estos isótopos están en los alimentos que el avestruz come, entran en su cuerpo y luego se conservan en la cáscara del huevo. El carbono nos habla sobre su dieta, sobre si comieron pasto, hojas de árboles o arbustos. El huevo de avestruz de nuestro yacimiento nos dice que tenía una dieta mixta de hojas y pasto. Este análisis también nos habla sobre el clima de la época. Y señala claramente que las condiciones eran generalmente áridas.

Ocurre lo mismo con el estudio por isótopos de los dientes de mamíferos. Durante la erupción del Toba los humanos cambiaron sus comportamientos de forrajeo y comenzaron a agregar más pescado a su dieta. Después del Toba, volvieron a una dieta con menos pescado.

Javier Ruiz Martínez

Javier Ruiz Martínez

Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...

 
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