Este miércoles se ha producido en la Comisión Constitucional del Congreso una comparecencia del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, que ha pasado desapercibida en los grandes titulares. Pero durante su desarrollo se produjo una polémica entre el portavoz parlamentario de Sumar Íñigo Errejón y la diputada de Vox Lourdes Méndez Monasterio. Errejón disertaba sobre memoria democrática y el asunto, todavía no resuelto, de qué hacer con Cuelgamuros, anteriormente conocido como el Valle de los Caídos. «El Valle de Cuelgamuros es un mausoleo a un genocida construido por esclavos y todavía no lo hemos convertido en un lugar de memoria», ha explicado el diputado de Sumar. «A mi no me importa que algunos vayan allí a hacer el payaso y a hacer el saludo fascista», ha proseguido ante los gestos de la diputada ultraderechista. «Lo que me importa es que eso deje de ser un mausoleo a un genocida y que eso deje de ser una tumba masiva y colectiva a miles de esclavos sin identificar». En ese momento, Errejón se ha detenido para dirigirse a Lourdes Méndez: «Sí, yo creo que hacer el saludo fascista es hacer el payaso, señora de Vox». «Yo creo que ser un fascista es ser un payaso, pero si usted se da por ofendida me acaba de hacer un gran regalo. Lo descubrirá después en casa», ha zanjado. Íñigo Errejón ha criticado este miércoles que la última sesión de control al Gobierno se ha desarrollado «con mal tono, con malas formas y con mal contenido» y que «la política española no puede volver a convertirse en un lodazal bipartidista». «La política española no puede volver a ser una batalla de gallos», ha dicho Errejón en declaraciones en los pasillos del Congreso, porque cuando se convierte en «una batalla en el lodo», los problemas reales de la gente «se escapan de las instituciones». Por eso, ha reclamado «contención» retórica en las sesiones de control. En esta situación, argumenta el portavoz de Sumar que «los actores reaccionarios están muy cómodos», porque «los sectores progresistas son los primeros que se apartan de la política cuando se convierte en un espectáculo lamentable».