Hola, buenos días. Puigdemont será el candidato de Junts, pero en verdad no quiere serlo. Puigdemont, que habló de restituir la presidencia como si esta de ahora no la hubiera votado nadie, quiere ser el candidato único del independentismo. Más que la elección, lo que busca es la aclamación: que haya dos bloques. Así que más que hacer un anuncio de algo que ya sabíamos todos, ayer le hizo el anuncio a Esquerra: le anunció que es campaña, como si ellos no lo supieran, y que ellos, los republicanos, son su rival de verdad. Entre toda la campaña que había en el discurso de Puigdemont de ayer, había un golpe de realidad. “Ya me lo perdonaréis los compañeros de mi partido”, dijo, “pero ni Esquerra ni Junts, yendo por separado, hemos podido convertirnos en el primer grupo parlamentario después de las últimas elecciones”. Y esa es la realidad, la matemática: Junts fue el quinto partido más votado en Cataluña en las generales. Votó más gente al PP. En mayo, Junts será el tercero según el CIS catalán de ayer, que pronostica que ganará el PSC. Pero ahí está él, Puigdemont, en el centro de un escenario del que estuvo a punto de caer, estirando un procés del que habla sobre todo él y aprovechando, eso sí, el protagonismo que ha sacado de ese quinto puesto: esas negociaciones con el Gobierno en el extranjero y la amnistía. Estoy aquí para acabar el trabajo, dijo quien prometió que volvería y no volvió, quien prometió la independencia y la suspendió unos pocos segundos después. Ahí está, de nuevo en pleno 2017, dispuesto a prometer de nuevo.