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¿Por qué no se come carne en Semana Santa y cuáles son los días de vigilia?

La tradición católica manda no comer carne durante los viernes de Cuaresma, además del Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo

Los creyentes no consumen carne roja en Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo ni los viernes de Cuaresma / Thomas M. Barwick

La Semana Santa es una de las principales festividades en España, no solo por ser el primer periodo vacacional tras las Navidades, sino por su fuerte carga cultural y tradicional, tanto en actos religiosos como gastronómicos. Además, de las procesiones, los pasos y las torrijas, una de las tradiciones católicas más establecidas es la vigilia; es decir, la costumbre de no comer carne durante la Cuaresma, el periodo de 40 días —que arranca el Miércoles de Ceniza y finaliza el Jueves Santo—, en el que los creyentes se preparan y purifican para la fiesta de la Pascua.

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Desde hace siglos, la Iglesia católica llama a los fieles a practicar el ayuno y la abstinencia del consumo de carne durante la vigilia. El ayuno obligatorio se mantiene para los mayores de 18 años para los días del Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, mientras que la no ingesta de carne se reduce a los viernes de Cuaresma.

Como se ha mencionado, la Cuaresma arranca coincidiendo con el Miércoles de Ceniza, que este año tuvo lugar el pasado 14 de febrero, y finalizará el Jueves Santo, 28 de marzo. La Iglesia marca que los días de Vigilia (aquellos en los que no se debe comer carne) son todos los Viernes de Cuaresma, además del propio Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. En otras palabras, se prohíbe comer carne durante las siguientes fechas:

  • Miércoles de Ceniza, 14 de febrero
  • Viernes, 16 de febrero
  • Viernes, 23 de febrero
  • Viernes, 1 de marzo
  • Viernes, 8 de marzo
  • Viernes, 15 de marzo
  • Viernes, 22 de marzo
  • Viernes Santo, 29 de marzo

Origen y significado de la Vigilia

El ayuno durante la Vigilia, además de un acto de purificación para los creyentes, es una manera de honrar el sacrificio de Jesucristo, que pasó 40 días sin comer en el desierto antes de convertirse en el protagonista público de la época, tal y como detallan las Sagradas Escrituras. Esta práctica, que remonta al siglo II, ha ido variando a lo largo de la historia, pero su simbología se ha mantenido intacta.

El potaje de Vigilia, un plato que tradicionalmente se ha servido los viernes de Cuaresma en España.

El potaje de Vigilia, un plato que tradicionalmente se ha servido los viernes de Cuaresma en España. / Getty

Debido a la prohibición religiosa de comer carne, un plato tradicional que se sirve en España durante los viernes de Cuaresma es el potaje de vigilia, que se hace a base de bacalao en salazón y garbanzos. Este guiso, que puede encontrarse con diferentes variantes a lo largo y ancho del país, se suele servir de varias formas, pero la más conocida es con un huevo duro picado y algunas hojas de perejil.

En la actualidad, aparte de ayunar respecto a la comida, los seguidores de la religión católica practican un 'ayuno' en ámbitos más personales de su vida, alejándose de la comodidad, de la lujuria, de sus instintos y de las cosas banales; para así profundizar en la humildad, en lo esencial y buscar unos hábitos más sencillos.

¿Por qué las fechas de Semana Santa cambian cada año?

Las fechas de celebración de la Semana Santa cambian cada año, aunque siempre oscilan entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Esto se debe a que esta festividad va ligada al calendario lunar, de tal forma que la Pascua se celebra el siguiente domingo a la primera luna llena tras el equinoccio de la primavera. Así, los seis domingos anteriores a ese día serán de Cuaresma, siendo el miércoles de la semana del primer domingo el Miércoles de Ceniza.

Esta tradición tiene su origen en el Concilio de Nicea, que en el año 325 determinó que la Pascua Cristiana o Domingo de Gloria se celebrara el domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. El motivo es que San Juan, en su Evangelio, dice que el día que fue Crucificado Jesús era el día de la preparación de la Pascua de los judíos, el viernes que se llamaba de Parasceve, de preparación, porque al día siguiente nada se podía hacer, ni guisar ni cocer y todo se tenía que preparar el día de antes.